¡¡¡Que no castiguen al teatro, por favor!!!

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¡¡Quieren castigar al teatro en México!! El teatro en México ha crecido en los últimos años gracias a la voluntad de productores que arriesgan  fuertes inversiones de tiempo y dinero.  Durante años se ha buscado hacer de la Ciudad de México una de las grandes capitales del teatro en Latinoamérica. Para lograr esos fines en 2002, siendo jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, estas artes escénicas recibieron el apoyo de su gobierno y les fueron condonados los impuestos a los teatros en el entonces Distrito Federal. Ahí se vio clarito la voluntad de apoyar y partir de entonces, este subsidio al teatro había sido ratificado año con año, hasta que en el 2017 a Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de Gobierno, “se le pasó” ratificar este subsidio. Y mire usted, atento público conocedor, a lo mejor el señor Mancera andaba muy ocupado en asuntos de inmobiliarias y autorizando construcciones a diestra y siniestra, y en una de esas una distracción lo llevó a dejar al teatro en el desamparo.   

Ahora la intención del gobierno de Claudia Sheinbaum es cobrar al teatro el impuesto extra  sobre espectáculos públicos y esto de manera retroactiva al 2017.  Cabe aclarar que los productores de teatro pagan IVA e ISR como el resto de los contribuyentes, del impuesto que yo le hablo es otro, uno extra. Lo grave está en que esta nueva carga fiscal a los productores desalentaría nuevas puestas en escena. 

En estos días, la jefa de Gobierno se reunirá con productores teatrales para darle solución a este grave problema que surge para el entretenimiento 

en la Ciudad de México y el país en general, considerando que muchas de estas obras salen de gira a 

otros estados.  

Ojalá se solucione pronto y no suceda lo mismo que con la producción vinícola, una de las más castigadas por los impuestos en este país. El vino mexicano, que además es muy bueno, padece altísimos impuestos al grado de resultar aún más caro que vinos importados de España o Francia. Pero ese es otro tema. 

Lo que es cierto es que pareciera que producir en México merece ser castigado. 

Retomando el tema del teatro, y haciendo las preguntas de la semana, me cuestiono y le cuestiono a usted: si de por sí es complicado ir al teatro en la Ciudad de México por la creciente inseguridad, ¿se imagina usted lo que sucedería con esta industria si los productos se vieran obligados a incrementar los costos de los boletos para poder por lo menos “salir a mano”?