Realidad política actual. ¿El gobierno estatal también?

Quedan pocas dudas de que el discurso de austeridad y moderación de Morena, es solo para enga ñar ingénuos. El fiestón del superdelegado Gabino Morales, comprueba que son casi igualitos que los del PRI. 

Los ciudadanos de edad mayor, que vivimos y sufrimos el desgobierno priista del siglo pasado y padecimos la hegemonía de 70 años del partido único, sabemos a ciencia cierta que no es bueno para el país un régimen de concentración del poder en manos de prácticamente una sola persona que hace y deshace a su conveniencia con el único propósito de mantener el poder para su partido y así asegurar la impunidad para sus desmanes. Así fue el régimen monolítico que padecimos desde la década de los 30’s hasta fines de siglo, años en los que se saqueaba impunemente la riqueza nacional al mismo tiempo que se mantenía en la pobreza a  la mitad de la población y se formaban fortunas colosales a la sombra del poder. Fueron décadas en las que el congreso federal y los estatales eran figuras decorativas para plasmar en leyes la voluntad o el capricho presidencial, al mismo tiempo que se abalanzaban sobre la riqueza pública y se desataba una corrupción que impregnaba casi todas las esferas del poder.

Creo que para quien quiera hoy reconocer la realidad política que estamos viviendo en este país, quedarán pocas dudas de que el actual presidente de la república está dando todos los pasos necesarios no para cumplir sus compromisos de campaña, sino para instalar, bajo la gran comedia de la 4T, el poder político de su partido, no solo en el actual sexenio, sino en los siguientes. Parece no tener limitaciones económicas para ello, y utiliza con desparpajo, a sabiendas de que tiene el control casi completo de ambas cámaras del congreso, gran parte del presupuesto público para comprar por adelantado el voto de millones de jóvenes y muchos cientos de miles de los llamados adultos mayores en las elecciones intermedias del 2021, en que se habrán de renovar las dos cámaras, total o parcialmente. Mediante el recurso ilegal e inmoral de entregar dinero público contante y sonante a estos grupos de la población mexicana, que se sumarán en la elección a su núcleo duro de votación, puede lograr otra vez una mayoría suficiente para reelegirse en el 2024. Aunque firme cartas de compromiso de no hacerlo, igual puede cambiar de parecer, bajo su manida frase de que “el pueblo bueno y sabio quiere” o “el pueblo quita y el pueblo pone”; y entonces, el que dice que manda obedeciendo, dirá “yo no quería, pero obedezco al pueblo.” “Me sacrifico, pues.”

Aun si cumple su compromiso de no reelegirse, estaría asegurando, con malas artes, la permanen cia de su partido Morena en el poder y control político durante vaya usted a saber cuántos años más. Y entonces, habrá nacido una nueva hegemonía, un PRI revivido de los años 60 y 70, con el nombre de Morena, pero con los vicios y corrupción de aquél, si no es que aún peor.

Sus principales acciones de gobierno van encaminadas a cooptar o a debilitar las instituciones que pueden significar un freno al poder omnímodo del presidente, como la Comisión Reguladora de Energía, (CRE), la COFECE, Comisión Federal de Competencia, el IFT  Instituto Federal de Competencia, el INAI, Instituto Nacional de Transparencia, Información y . . ., el INEE, Instituto Nacional para la Evaluación y Educación, etc. Instituciones que fueron creadas, la mayoría de ellas, para refrenar y acotar el poder excesivo y los abusos de los presidentes de la República.

Los ciudadanos que creemos que la democracia, con régimen republicano, basado en instituciones y en el respeto real a un Estado de Derecho, debemos apoyar en lo posible de cada quién, para llevar en el 21, a pesar del poder presidencial, a candidatos que puedan garantizarnos el rescate de un sistema de vida y de gobierno, realmente democrático.

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Varios diarios de esta capital, como Pulso, dieron cuenta de las operaciones simuladas por más de 114 millones de pesos que dio a conocer la SHCP a través del SAT, hace pocos días. También el diario Digital Astrolabio, publicó antier un excelente artículo firmado por el periodista Victoriano Martínez, en el que informa que la empresa fantasma potosina que elaboró esas falsas facturas, se denomina “79 Integración Empresarial Center, S.A. de C.V.” a la que el SAT le detectó más de 114 millones de pesos en operaciones simuladas, de los cuales más de 7 millones se facturaron a la administración de Ricardo Gallardo Juárez, casi un millón 933 mil pesos al Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez y varios millones más a otros ayuntamientos, como el de Mexquitic de Carmoona, en 35 ocasiones, Cd. Valles y Tanquián, entre  varios más, que por espacio omitimos.  Pero, sorpréndase usted, estimado lector. El gobierno del Estado, que teóricamente tendría personal altamente calificado y honorable, como para evitar ese tipo de descarados desvíos y burdas maniobras, con métodos de control interno y prevención modernos, resulta que también pagó facturas falsas a la misma empresa en solo 12 meses, por 2 millones 658 mil pesos. ¿Quién autorizó esos pagos? ¿El gobernador Carreras? ¿El secretario de gobierno? ¿El secretario de finanzas? ¿Quién?

De los ayuntamientos controlados por los Gallardo en ese ejercicio de 2017, no nos extraña, por sus muy conocidas transas que han sido señaladas ampliamente y denunciadas por los medios legales, ante las fiscalías del estado, pero la verdad, que el gobierno estatal con todos los recursos con que cuenta, auspicie o tolere este tipo de trafiques, ¡No se vale!

lujambio06@hotmail.com