Sin municipios, no hay nación

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Este gobierno de la 4T no entiende que no entiende. En lugar de preocuparse por fortalecer a los municipios del país, que son la piedra angular de la estructura política de esta nación, en lugar de pretender desde el centro de la República, resolver los graves problemas sociales y de seguridad que tenemos, con sus programas centralistas y electoreros, debería avanzar ya las reformas estructurales necesarias para mejorar la eficacia de los entes de gobierno. Las verdaderas soluciones, las únicas posibles y eficaces, son darles capacidad económica y política para que sean los ayuntamientos quienes, en su territorio, con el conocimiento cercano que tienen de las necesidades locales, resuelvan los principales problemas de la sociedad como son educación, seguridad pública, y salud, pero asignándoles en los presupuestos anuales los recursos necesarios. Urge en verdad a este país una reforma municipalista. El centralismo no resuelve nada, mucho menos si es unipersonal como lo quiere AMLO. Es como un elefante a ciegas. 

Tampoco entiende que la disyuntiva en Culiacán no era salvar 200 vidas o detener a Ovidio Guzmán. NO. Esa es una falsa salida para ocultar su error y su ineptitud, porque con buena estrategia y con inteligencia se podrían haber logrado ambas cosas sin necesidad de perder la vida de 8 soldados que murieron en Culiacán. Si hubiera estado atento, no hubiera permitido el operativo de la detención hasta que estuviera perfectamente protegida la seguridad de militares y civiles, en el espacio donde es más fuerte la banda, con suficientes elementos y equipo militar adecuadamente distribuido en la ciudad. Por lo pronto, la delincuencia ya le tomó la medida a este presidente.

El episodio del miércoles 23 en la madrugada, antes de que el día empezara a clarear, (6 AM), más de 40 alcaldes de distintos estados de la república y de partidos diversos, exigían frente a la Puerta Mariana del Palacio Nacional, entrevistar al presidente de México para plantearle su inconformidad por la drástica reducción anunciada, de los recursos que recibirán conforme al Presupuesto de Egresos de la Federación del 2020. 

Esperaban entregar al mandatario un documento que busca eliminar estas disminuciones en el año próximo, que, de no ser así, dañarán directamente la capacidad de los ayuntamientos para prestar los servicios públicos primarios como seguridad pública, agua potable, drenaje, alumbrado,  recolección de basura, etc., etc. 

En lugar de permitir la entrada de los alcaldes, que son iguales en jerarquía al presidente de la nación, por ser autoridades electas por la ciudadanía y por lo tanto deberían ser atendidas con consideración y respeto, la Guardia Nacional les cierra la puerta en las narices y les arroja gas lacri mógeno. Y no nos queda duda, por órdenes directas del presidente que estaba en su reunión diaria dizque para analizar la situación de inseguridad y violencia que sigue en ascenso en todo el país. Entre los alcaldes presentes, estaba el de San Luis, Xavier Nava P. que con sólido razonamiento explicaba que de las Participaciones que se distribuyen en los tres niveles de gobierno, el Federal se queda con el 80%, a los estados se les entrega el 16%, quedando tan solo un 4% para los 2,458 municipios del país.

Este tremendo desequilibrio debe ser revisado y corregido tomando en consideración que son los ayuntamientos de todo el país quienes llevan en su responsabilidad la obligación de brindar a los ciudadanos los servicios públicos de primera necesidad y sin embargo son quienes tienen la mayor precariedad financiera que se refleja a querer o no en carencias e insuficiencias sociales. Por eso, tienen toda la razón las voces libres de quienes exigen que sea revisado a fondo el llamado Con venio de Coordinación Fiscal, que condena a una perpetua estrechez económica a los municipios.

¿Para qué sirve que el presidente de México se reúna todos los días a las 6 de la mañana, según su decir, con el pleno del gabinete de seguridad, el Secretario de la Defensa, el de Marina, el titular de la Guardia Nacional, el secretario a nivel nacional de Seguridad Pública, entre otros altos funcionarios del gobierno federal, si la violencia y los muertos, los feminicidios, los secuestros, la extorsión, y casi todos los peores delitos van en aumento imparable?  ¿Y si en los últimos tres o cuatro meses ha habido ya las más espantosas masacres, que exhiben como una reverenda estupidez la estrategia gubernamental de dar abrazos en lugar de combatir a los sanguinarios y deshumanizados delincuentes? ¿O de amenazarlos con acusarlos con sus abuelas, convirtiéndose en el hazmerreír del mundo? ¿No es esto un fracaso rotundo de este gobierno? 

Para ostentarse como austero y ahorrador, resulta un presidente ausente, incomunicado, por no usar un avión presidencial equipado con la tecnología que requiere la responsabilidad de su cargo y en vez de eso, viajar en avión comercial en el que no es posible tener comunicación oportuna para poder  enterarse al momento, de algo tan grave como la balacera infernal que estaba ocurriendo en Culiacán en esos momentos, poniendo en grave riesgo la vida de miles de ciudadanos amenazados por las armas de los delincuentes al mando de Ovidio Guzmán, que se apoderaron de gran parte de la ciudad. En su lugar, se dirigía a inaugurar un pequeño hospital en Oaxaca donde tenían ya preparado un coro de niños que le cantarían . . . . “es un honor, estar con Obrador” . . . . .  halago a los oídos presidenciales. En esos momentos corría peligro la vida de muchas familias de militares y ciudadanos.

En lo sucesivo, cualquier grupo delincuencial sabe que hay un gobierno débil y pusilánime que puede ser fácilmente doblegado bajo la amenaza de atacar a la población civil inerme. 

Los ciudadanos libres de este país tenemos el reto ineludible de salvarlo de las garras de un régimen que apunta ya sin tapujos a convertirse en una opresiva tiranía populista.

lujambio06@hotmail.com