Tres años

“No me saques sin una causa justa, pero jamás me envaines sin honor” Leyenda de excálibur

Hace tres años que empecé esta nueva disciplina en mi vida, la de articulista de opinión, tiempo en el cual, ha sido un constante aprendizaje, desde, la extensión de la opinión, el formato (mis primeras apariciones se ven fuertemente influenciadas del ensayo académico); en fin, desde entonces, muy gratificante, personalmente, es este ejercicio de debatir las cuestiones públicas que a la sociedad nos interesa, bajo un enfoque de los derechos humanos, que, a manera de memoria decidí rescatar una de mis primeras colaboraciones en Pulso, que en gran medida reflejan el compromiso con la comunidad de quienes presentamos semanalmente nuestras perspectivas, he aquí:
“Los articulistas” (13 de mayo 2016) … Max Weber en la Política como vocación, se sorprendía de dos profesiones que sin pretender directamente tener implicaciones en la esfera política de facto sucedía; la primera, eran los abogados, quienes por poseer independencia financiera, eran dueños de su tiempo, por lo que era común verlos opinando sobre cuestiones publicas más allá de los tribunales; inclusive el sociólogo alemán va más lejos, pues encuentra al abogado superior al funcionario público en base a su argumentación basada en la lógica, de ahí que sugiere que los funcionarios públicos no debieran inmiscuirse en asuntos de política, es decir, esta es su propuesta del servicio civil de carrera; la otra profesión dirá Weber, es la de los periodistas, cuya fuerza radica en la capacidad para generar influencia en quienes los siguen, escritores cualificados que firmaban siempre con su propio nombre, un ejemplo de ellos, hoy serían los articulistas de opinión. Pero aún para el alemán, en los preludios de una sociedad moderna, había periodistas de caracteres débiles que terminaban siendo más bien porristas, éstos eran excluidos de esta tipología.
En este mismo espacio impreso, un colega acertadamente hacía la apreciación de que no es lo mismo la opinión pública que la opinión publicada (Carlos Pérez). A su vez, Zepeda Patterson, dentro de su espacio en El País, advertía, aun cuando muchas primicias son dadas en las redes sociales toman certidumbre hasta que son confirmadas por la prensa, señalaba además, que ante el eventual surgimiento de periódicos en línea, la pluralidad de voces ha salido ganando, creando una sana competencia con los porristas que aún podrían existir en la prensa tradicional, y donde el cibernauta se ha vuelto más exigente con las fuentes informativas electrónicas no confiables, que están tendiendo a desaparecer.
Sin embargo, el ejercicio del periodismo en México no es nada fácil, la Sociedad Interamericana de Prensa reporta que cada 22 horas es agredido un periodista o un medio de comunicación. La Convención Americana de Derechos Humanos, establece el derecho humano de buscar, recibir y difundir informes e ideas de cualquier índole; la Corte Interamericana de Derechos Humanos en una de sus opiniones consultivas, ha sostenido que, sin una real libertad de expresión cualquier sistema democrático se debilitaría, pues ésta funciona como un mecanismo de control, además, resalta la valía de la denuncia ciudadana contra sistemas autoritarios, el mismo tribunal, en varios casos sentenciados, ha señalado que los funcionarios públicos no deben inhibir la deliberación pública.
Y esto, tiene que ver con el tema de la rendición de cuentas (accountability), que para teóricos como Schedler, en un verdadero sistema necesariamente implica la presencia de funcionarios públicos con el deber de responder preguntas (answerable), y, para Guillermo O´Donell, los medios de comunicación son mecanismos de control social vertical en una democracia, de ahí su valía precisamente para que funcione adecuadamente la rendición de cuentas […]
Regresando a la actualidad, a pesar, de haber hecho esta colaboración hace 3 años, me parece, la opinión sigue estando muy vigente.
No me resta más, que agradecer la confianza otorgada, desde entonces, al Sr. Pablo Valladares, al Consejo Editorial y al gran equipo de Pulso Diario de San Luis, de manera particular, a Adriana Ochoa, Norberto de la Torre, Gabriela Darbel, a mi editora Eva Susana Álvarez, desde luego, a mi socia y amiga Laura Elena Martínez.
Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.

carloshernandezyabogados@hotmail.com