Un nuevo mito

“Por mandato del pueblo 

iniciamos hoy la cuarta transformación política de México”. 

Andrés Manuel López Obrador, 

1 diciembre 2018

En los tiempos del viejo PRI, hoy tan añorado por algunos, el 1ro de septiembre era el día del presidente. En el nuevo régimen tendremos al parecer varios de esos. Este 1ro de julio se cumple un año de la votación que en 2018 le dio el triunfo electoral a Andrés Manuel López Obrador y el presidente ya prepara un “informe de gobierno” y un festejo multitudinario en el Zócalo de la Ciudad de México. 

No es inusitado que los gobiernos que dicen romper con regímenes anteriores busquen nuevos mitos y festejos. Fidel Castro convirtió la fecha del ataque al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, en el momento mítico del inicio de su movimiento, a pesar de que el ataque se saldó con una derrota. El 26 de julio es hoy la festividad más importante de Cuba, sin que se preste atención al 20 de mayo que conmemoraría la declaración de independencia. De la misma manera, Hugo Chávez convirtió el 4 de febrero en la fiesta de su régimen, en recuerdo a su fracasado intento de golpe militar de 1992, haciendo a un lado el 19 de abril de la independencia. 

No parece que el presidente López Obrador quiera abandonar las celebraciones del 15 y 16 de septiembre, pero sí es claro el intento de convertir el 1ro de julio en la fecha del inicio de la Cuarta Transformación que él pretende encabezar. 

La Constitución prevé que el presidente presente “en la apertura de Sesiones Ordinarias del Primer Período de cada año de ejercicio del Congreso. un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país”. Los presidentes aprovecharon ese mandato constitucional para ofrecer los discursos que llevaron a la creación de las ceremonias de adulación al mandatario. En los tiempos en que dejó de haber un partido hegemónico, la oposición se negó a realizar los actos de pleitesía e incluso negó al presidente el acceso a la Cámara de Diputados, a pesar de que entonces lo ordenaba la Constitución. 

Hoy tenemos nuevamente un partido hegemónico y supongo que los políticos en el poder crearán un nuevo ceremonial de gobierno. El “informe” del 1ro de julio no está contemplado en la Constitución, pero eso no impidió que el presidente ordenara una “cadena nacional”, esto es, una transmisión forzosa de todas las emisoras de radio y televisión abiertas del país para llevar su mensaje. Esta es una medida típica de los gobiernos autoritarios y que en particular ha sido usada constantemente por Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela para construir un culto a la personalidad. Finalmente prevaleció la sensatez y el gobierno de López Obrador canceló la cadena nacional, pero esto no impedirá que muchas emisoras de radio y televisión, deseosas de quedar bien con el nuevo régimen, se unan de manera voluntaria a la transmisión. 

López Obrador es un presidente que entiende la importancia de los mitos y de los símbolos. Esta celebración de su triunfo electoral del 1ro de julio de 2018 es un nuevo paso en la creación de un culto a su persona. El presidente que da conferencias de prensa todos los días, y que repite constantemente sus “otros datos”, aun cuando no sean los mismos que su propio gobierno emite de manera oficial, no necesita un informe de gobierno adicional. Lo que sí quiere son ceremonias que ayuden a crear la idea de que esta Cuarta Transformación es un cambio histórico para el país. 

Seguridad y ambiente

Mientras la costa de Quintana Roo se ve afectada por la invasión de sargazo, Los Cabos se consolida como destino turístico internacional. Dos factores son importantes para seguir el camino, me dice Rodrigo Esponda, director general del Fideicomiso de Turismo de Los Cabos: mantener la seguridad y cuidar el ambiente. 

Twitter: @SergioSarmiento