...Y no se pudo vender

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Además de su arreglo electoral con EPN, para que lo ayudara a ganar la presidencia levantándole vil calumnia a Ricardo Anaya, (desechada por la Fiscalía de la Nación, después de la elección), a cambio de asegurarle impunidad, López Obrador ha cumplido su parte del “arreglo”, no tocando ni con el pétalo de una rosa al expresidente, a pesar del saqueo monumental del erario público durante su mandato. Es muy curioso, por decir lo menos, que, habiendo tantos reclamos y ataques de AMLO, contra un expresidente que dejó la presidencia hace siete años, el presidente se brinca a la torera, como si no existiera, el sexenio inmediato anterior, el más corrupto de la historia, el de Peña.

Ante un electorado fastidiado por la corrupción desatada en ese gobierno, fue muy fácil a un candidato astuto como AMLO, lograr una mayoría abultada de votos en el 2018, “vender” su imagen de honestidad con algunos compromisos políticos, como el de “voy a hacer un museo de la casa presidencial de Los Pinos, para que todo el pueblo la pueda visitar y yo viviré en el Palacio Nacional, como lo hizo Juárez”, o “voy a viajar en avión comercial y a vender el lujoso avión comprado por Calderón y usado por Peña; viajaré en  clase turista para ahorrar dinero al pueblo”. “Basta de derroche y ostentación”, decía. Compromisos estos que no representaban ningún beneficio palpable para los mexicanos, pero que despertaban la simpatía de muchos ciudadanos. Demagogia pura, porque no tuvo empacho en tirar a la basura más de 50,000 millones de pesos que ya se habían invertido en el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, que había sido ampliamente avalado por técnicos y agencias internacionales, que garantizaban su viabilidad y su rentabilidad económica a nuestro país.

Hoy ya sabemos que el avión no se ha podido vender, que le ha costado al pueblo de México muchos millones solo por guardarlo durante más de un año, en un hangar en EUA y que tendrá que ser traído a México para subastarlo, pero que nadie va a pagar por él siquiera la mitad de lo que costó, porque fue adaptado en su interior con especificaciones muy particulares que no le servirán a ningún otro jefe de estado, por lo que habrá que castigar mucho su precio para que alguien lo adquiera. Sin temor a equivocarme, creo que sería mucho mejor que este gobierno lo conserve y lo use, para que pueda viajar el presidente con mayor seguridad, comodidad y en menor tiempo, sin tener que sujetarse a los horarios de los vuelos comerciales. Es una pérdida de tiempo muy onerosa, que un presidente viaje en vuelos comerciales, además de los riesgos que conlleva para todo el país, que el presidente en funciones, quede expuesto a algún atentado, que causaría una tremenda conmoción e inestabilidad política.

Es fácil observar que a AMLO, como a sus predecesores y antiguos compañeros del PRI, le gusta jugar dos juegos al mismo tiempo, decir una cosa y hacer otra muy distinta o tener vela encendida a Dios y otra al diablo, como lo demuestra el hecho de andar dando asilo a exgobernantes que huyen de la justicia, de corte populista o comunista, como se le quiera llamar, (Evo Morales), y por otro lado reverenciando y complaciendo al presidente del país capitalista por excelencia, Donald Trump, quien según se rumora, --“México se ha portado muy bien”, Trump dixit-, le dio órdenes de expulsarlo, lo que explicaría diáfanamente su salida tan apresurada de nuestro país, después de que le había rendido tantos honores el gobierno mexicano a través del canciller Ebrard, que le envió un avión a costillas de nuestros impuestos, para traerlo a México. Siempre AMLO haciendo doble juego, siempre con doble cara, siempre tratando de engañar a los mexicanos.

Ya sea que López Obrador quiera implantar un régimen neocomunista en México, tipo Cuba o Venezuela o bien que solo piense en buscar la reelección en el 2024, o ambas cosas, lo cierto es que ya desde ahora, su llamada 4T, solo le ha traído preocupaciones y riesgos a los mexicanos que aspiramos a vivir en un México democrático con plena vigencia de las libertades y respeto estricto a nuestro sistema de leyes, es decir un estado de Derecho. Pero lo peor de todo sería sin duda reelegirse e inaugurar un nuevo régimen comunista. Lo cierto es que ya a estas alturas de su sexenio, cuando faltan todavía casi 5 años, ya ha estropeado gravemente instituciones y organismos que tanto trabajo, tiempo, esfuerzo y dinero le costaron al país, para ponerle contrapesos reales a los excesos del presidencialismo y al centralismo asfixiante del carcomido régimen priista.

Centralismo que se caracterizó por la instauración del presidencialismo exacerbado en el que el presidente hacía y deshacía a su antojo en todo el país, ponía y quitaba gobernadores, controlaba los procesos electorales federales, estatales y municipales y hacía ganar a su partido todas o casi todas las elecciones. Centralismo que dio paso a la corrupción más descarada y esa sí, rapaz, que saqueaba la riqueza nacional y fabricaba miles de fortunas escandalosas de presidentes, secreta rios de estado, gobernadores y miles de alcaldes, mientras millones de mexicanos carecían de todo lo más necesario y vivían sin acceso mínimo a servicios de educación, salud y vivienda, entre otros.

Realmente, ese presidencialismo atroz que tantos males trajo a México, vemos hoy con  preocupa ción, que está reeditándose en las formas de gobernar y en las decisiones arbitrarias del actual presidente que ya ha cooptado algunos de las instituciones que servían para acotar el poder presi dencial, como la CNDH, la SCJN y se dispone a mediatizar al INE, con la complicidad del congreso que está en vías de hacer leyes que reduzcan los tiempos oficiales en el cargo de los consejeros-ciudadanos, para empezar a incorporar consejeros a modo que le garanticen resultados electora les a su gusto. 

Hay que defender la autonomía del INE.

lujambio06@hotmail.com