En el Día Mundial del Queso, a derribar ideas erróneas

Mitos alimentarios que privan por completo al paladar de deleitarse con el producto lácteo más universal

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En el Día Mundial del Queso, a derribar ideas erróneas

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El 27 de marzo es el Día Mundial del Queso para rendir homenaje a uno de los placeres más apreciados en el planeta. Esta fecha se conmemora principalmente europeos.

El Día Mundial del Queso es una oportunidad para redescubrir el inigualable placer que se experimenta al saborear un queso de calidad. Actualmente existe una conciencia mayor para llevar una vida saludable, no obstante, han surgido ideas erróneas que privan por completo al paladar de deleitarse con el queso, sin tomar en cuenta los beneficios nutricios de los lácteos, al ingerirlos en proporciones adecuadas.

El queso es una forma nutricionalmente rica de incluir calcio, proteínas y minerales como el fósforo a la dieta diaria, ayudando a desarrollar huesos fuertes y un cuerpo energético y saludable. Casi cualquier comida se puede mejorar y hacerla más nutritiva si se le agrega queso, gracias a su alto contenido de vitaminas y proteínas, y ni qué decir de su sabor. Hay tantas variedades de quesos como gustos personales por lo que seguramente es fácil encontrar un queso acorde al estilo de vida y preferencia de cada persona. El queso, además de ser un alimento al que pocos se pueden resistir, es un alimento sumamente versátil.

De acuerdo al Consejo Lácteo de California (CMAB, por sus siglas en inglés), estas son algunas de las creencias más comunes, para las cuales, hay buenas noticias. Creencia 1: La grasa saturada en el queso contribuye a la enfermedad cardíaca Estudios recientes han encontrado que una ingesta moderada de ciertos lácteos se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y/o ataque cardíaco.

Del mismo modo, el consumir productos lácteos puede contribuir a un menor riesgo de diabetes tipo 2. Algunos de los quesos bajos en grasa que se recomiendan son: Romano, Mozzarella descremado y Parmesano.

Creencia 2: Los intolerantes a la lactosa no pueden ingerir lácteos Hoy se sabe que la mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir algunos productos lácteos con muy pocas o quizá, ninguna molestia. Si una persona intolerante a la lactosa vuelve a introducir productos lácteos de forma gradual en su dieta, en las porciones adecuadas, es posible que su nivel de tolerancia haya aumentado. Para estos casos se recomiendan quesos duros, ya que su contenido de lactosa es bajo o nulo en ciertos tipos como, los quesos duros naturales, entre ellos, cheddar, Monterey Jack y gouda, o bien, de maduración suave como el Brie, Camembert, Mozzarella o Suizo.

Creencia 3: El queso debe minimizarse en la dieta debido a su alto contenido de sodio El queso aporta en promedio solo el 8 % del sodio de la ingesta diaria. Un poco de sodio vale los otros nutrientes que lo acompañan, desde la vitamina A hasta el fósforo y las proteínas. El queso puede ser la segunda fuente de calcio en la dieta diaria. Entre los quesos bajos en sodio se encuentran el suizo, Monterey Jack, Ricotta, Cheddar, Mozzarella y Brie.

Dejemos que el queso nos sorprenda no solo hoy sino como parte de una dieta equilibrada, ya sea como aperitivo, durante la comida, como postre o colación, en una fiesta, en un día de campo o para celebrar una ocasión especial.