A fuerza nos tenemos que encontrar

El cronista lo reconoce: hay edades para todo y eso de ir a antros o conciertos ya no es lo suyo. Pero, pues era La Barranca y la generosa invitación de José Luis Sandoval resultaba bastante tentadora.

La cita fue a las 9:00 de la noche de este sábado en el Bunker de la carretera 57 y la agrupación comandada por José Manuel Aguilera se reencontraría con su público potosino luego de una muy larga espera.

Lo había anunciado José Manuel en su entrevista exclusiva con Pulso Al Aire: para el reencuentro con los potosinos tenía preparado un repertorio especial.

Al cronista le sorprendió, de entrada, la edad de algunos de los asistentes. No podían superar los treinta años, justo los que cumplirá este año la agrupación.

También fue una noche de agradables reencuentros. Ahí andaba Ricardo Gómez (de Salgado, dice él) y el talentoso actor, director y productor teatral Edén Coronado, además de ese cuate que siempre andaba en los conciertos, pero del que el cronista nunca supo su nombre. Para él, saludito de cabeza. No era para menos: ¡ya hasta sobrevivimos a una pandemia!

Y la banda salió al escenario y comenzó el Pandemonio…literal. Con esa canción comenzó el concierto.

El cronista se paró de su mesa y fue hacia el escenario y fue entonces cuando comprendió lo que señala Dani Sánchez-Crespo, “Pensar Más, pensar mejor”, es muy importante hasta para la salud asistir a este tipo de eventos. No hay mejor sensación que escuchar y sentir en el pecho ese fuerte golpeteo de las notas bajas.

José Manuel Aguilera y toda La Barranca se siguieron de frente con El velo, Síndrome y más canciones de su amplio repertorio

Sin embargo, fue hasta la séptima canción cuando la agrupación presentó su penúltimo disco: Antimateria y precisamente con la canción que le da nombre al álbum.

Lo comentaba el cronista con una persona de menor edad. La Barranca no es un grupo de masas (aunque sí las ha logrado convocar), simple y llanamente porque su material está sumamente intelectualizado. José Manuel Aguilera construye historias bien muy bien estructuradas, y las acompaña de una muy compleja y brillante construcción musical.

La gente que sigue a La Barranca se engancha precisamente de sus letras y eso resultó evidente en el concierto del viernes por la noche. Canciones como Alacrán, es ejemplo de ello: “no pude ser lo que tu esperabas”, señala en una parte la canción.

Como todo lo que comienza debe terminar, el concierto acabó con un gran despliegue de talento guitarrístico entre José Manuel Aguilera y de Jorge Chacón.

Ya vendría el plus con “Intacta” de entrada, canción con la cual al cronista le cayó una basurita en el ojo por sus impactantes frases como “Permanece intacta la imagen que conservo de ti. Grabada en mi retina como tatuaje de luz

De noche se ilumina y danza trepidante frente a mí. Permanece intacto el tono inconfundible de tu voz. En seguida se repite una y otra vez, “flotas en el aire, vida”.

Se trata sin duda de una canción a la ausencia, pero esperanzadora concluye: “A fuerza nos tenemos que encontrar”.

El final llegaría, precisamente con la canción del mismo nombre que la banda que incluye otra joya: “es necesario saber soñar para sobrevivir a la barranca” o “es necesario saber hablar para sobrevivir a 

la barranca”.