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Un peligroso y enorme agujero se formó con el derrumbe de varias barras de acero en una de las rejillas de cajas recolectoras del colector pluvial Reforma, pero en un carril lateral de la avenida 20 de Noviembre. En el agujero cabe perfectamente una llanta de autobús de transporte urbano. Vecinos delimitan la zona con una señalización artesanal.
En este caso, se derrumbó parte de la estructura de unión entre dos caídas encontradas de agua, y con ella se perdió la totalidad de los trozos de acero fabricados como barras para contener la basura que es arrastrada por el agua.
Los vecinos colocan botes, palos con trapos y todo tipo de objetos para alertar a los automovilistas sobre el agujero o para evitar que se caiga un motociclista, que en el caso de un accidente, pudiera terminar en el interior del colector.
Las fallas en las rejillas de las cajas recolectoras se han multiplicado en los últimos años, por el envejecimiento de la soldadura utilizada para unir las piezas del armado. Los trozos de acero se vencieron como ya ha ocurrido en otras zonas de la ciudad, dentro del propio colector pluvial Reforma.
