Don Ricardo, ímpetu de superación a los 63 años

A fin de darle un ejemplo a 3 de sus hijos y ayudar a las personas, Ricardo Reyes Báez, docente jubilado, presentó su examen para ingresar a la Facultad de Derecho de la UASLP

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Don Ricardo, ímpetu de  superación a los 63 años

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A reserva de confirmarse, Ricardo Reyes Báez, docente jubilado y aspirante de 63 años a ingresar a la Facultad de Derecho de la UASLP, puede ser el candidato de mayor edad que se presentó durante el proceso de examen de admisión para el ciclo escolar 2020-2021.

Una publicación del sitio oficial de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en Facebook ha generado una oleada de reconocimientos de los cibernautas para el profesionista con 31 años de experiencia en la docencia, de quien destacan su ímpetu y deseo de concluir una carrera profesional a su edad.

En entrevista desde su casa, ubicada en el Barrio de Tlaxcala, recuerda que se jubiló en 2010, debido era común la pérdida de memoria por algunos momentos en plena clases, al grado que su mente se quedaba en blanco, por lo cual debía salir del aula y acudir a la dirección.

“Mi carrera en el magisterio terminó en el momento en que me jubilé, por los mismos problemas de memoria... quizás me quería dar Alzheimer o ¿Quién sabe? Eso me hizo reconocer que tenía que retirarme porque si no, iba a echar a perder generaciones de niños”, aduce.

Oriundo de Monterrey, Nuevo León, donde nació en abril de 1957, rememora que en su infancia y adolescencia se dedicaba a la vagancia “era un desmadre” -admite-, pues se juntaba con pandilleros de su colonia.

Posiblemente el momento que le dio un giro de 360 grados a su vida, sucedió cuando conoció en la capital regiomontana a Amina Lauterio, directora de la Escuela Normal del Desierto en el municipio de Cedral, quien lo invitó a formarse en la docencia, sin saber que, de ahí en adelante impartiría cátedra frente a grupo por 31 años.

Refiere que entre las motivaciones para decidir presentar el examen de admisión, está el poder ayudar a las personas de escasos recursos que no pueden pagar una asesoría legal, pues la tía de su esposa tiene a un hijo preso en el penal de La Pila, quien se encuentra desde hace varios años, todavía no tiene una sentencia.

Aunado a ello, el catedrático jubilado enfatiza que también desea ser un ejemplo de superación y esfuerzo para tres de sus hijos que sólo estudiaron hasta la preparatoria; dos concluyeron su carrera profesional y una está por concluir la carrera de veterinaria.

“A ellos que no han terminado y que tienen el estudio inconcluso: demostrarles que no importa que estén casados, no importa que tengan hijos. Si se quiere avanzar se puede, aunque sea de manera intermitente. Eso es lo que quiero demostrar”, describe en medio de las paredes de su área de recepción, ataviada con cuadros y reconocimientos de su trayectoria magisterial.

Para concluir, exhorta a las personas jóvenes y adultas, no dejarse vencer en los sueños y expectativas que tengan, sean en el ámbito educativo, profesional o laboral, porque aunque puedan sufrir caídas, lo más importante es levantarse, seguir y procurar ser un buen ser humano, pero sobre todo, ser felices.

A dos días de conocer los resultados finales, don Ricardo reconoce que la evaluación que presentó este miércoles, no fue nada sencilla, sin embargo, tiene fe en que el próximo domingo pueda abrir el periódico y leer su clave entre los alumnos admitidos para el ciclo escolar 2020-2021.