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Elabora ramos con palma seca

Por Flor Martínez

Abril 13, 2025 03:00 a.m.

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Frente a la parroquia Nuestra Señora de la Soledad se instaló, la señora Margarita Martínez, artesana originaria de Atlacomulco, Estado de México, quien con expertas manos transforma la palma seca en figuras religiosas que mantienen viva una tradición familiar. 

“Es la tradición que nosotros traemos de allá. Nuestro papá nos enseñó a hacer esto, bueno, él lo hacía y nos llevaba a vender y ahí aprendí “, relata Margarita.

Desde hace tres años, ella y parte de su familia viajan a San Luis Potosí para ofrecer sus creaciones durante la Cuaresma. El lugar que eligieron es el municipio de Soledad de Graciano Sánchez días previos al Domingo de Ramos.

Debido a que en aquella región mucha gente se dedica a la elaboración de este tipo de figuras, y aunque durante muchos años, en esta época salieron adelante con la venta de estos productos artesanales, señaló que con el paso de los años las ganancias ya no son las mismas. “Casi todo el pueblo donde vivo, la mayoría las hacen”, señala. 

Margarita decidió buscar nuevos horizontes al ver que en su comunidad ya no se vendía tanto. Fue su hijo quien primero se aventuró al norte y ella decidió seguirlo. 

Sus obras están hechas con distintos tipos de palma, entre ellas la “palma real” y la “palma blanca”. Aunque parezcan frágiles, cada figura lleva un mensaje y un significado. “Este ramito que está pintado ya va con figuras, por ejemplo, el corazón de Cristo con la cruz”, explicó. 

Señala que no son simples adornos, pues para ella y la gente que los compra representan símbolos de fe, devoción e identidad cultural. 

La elaboración no es sencilla, pero la experiencia de años hace que cada figura parezca fluir de sus manos. “Ya todo lo hago, cuando me apuro, unos 15 minutos”, dice con humildad. Aprendió desde los 15 años y hoy, con 57, sigue puliendo su técnica, entre tejidos complejos y detalles decorativos como diamantina y laurel, que añaden valor visual y simbólico.

Los precios varían entre 70 y 140 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad.