Video | Un parque más que centenario

El parque municipal Juan H. Sánchez, llamado popularmente como "de

Morales " por su cercanía a la fracción o colonia del mismo nombre, es un pulmón urbano más que centenario, pues la cronista de la ciudad, María Isabel Monroy Castillo, advierte que ese espacio habría sido inaugurado en 1923 y no en 1924.

En entrevista realizada en su oficina de El Colegio de San Luis, la corresponsal de la Academia Mexicana de la Historia compartió sus hallazgos respecto a los inicios del parque.

"Quien más información nos proporciona es el arquitecto Jesús Victoriano Villar Rubio en su libro ´Ciudad de San Luis Potosí: Arquitectura y Urbanismo´, escrito junto con Guadalupe Salazar González y cuya edición más reciente es de 2019. En este libro se menciona que el parque se comenzó a construir en 1921 y se inauguró en 1923.

"Las actas de Cabildo de la época señalan que desde el 18 de noviembre de 1920 se autorizó el establecimiento de un jardín en la parte baja de la presa de San José, en terrenos del antiguo rancho de Morales", explica la doctora.

"Podemos concluir que, efectivamente, el parque se empezó a construir en 1921. Ahora, yo encontré que el 15 de febrero de 1923, el Cabildo decide otorgar el nombre de ´Amado Nervo´ al nuevo jardín y que a su avenida principal se le da el nombre de Isabel la Católica.

"Si esto sucede en 1923, es muy posible que se haya inaugurado poco tiempo después de esto y no hasta 1924. De hecho, no hay ninguna mención de la inauguración oficial del parque en las actas de Cabildo de 1924, por lo que yo sí me inclino a creer que debió ser inaugurado en 1923, poco después de que se le otorgara el nombre de Amado Nervo en la sesión del 15 de febrero de ese año. La fecha precisa de la inauguración debe hallarse en publicaciones de la prensa local de la época", señala la investigadora.

Otorgar al parque el nombre corto de Amado Ruiz de Nervo y Ordaz se hizo, seguramente, como un homenaje al poeta y diplomático mexicano de fama internacional fallecido apenas cuatro años antes, el 24 de mayo de 1919, en Montevideo, Uruguay.

Juan H Sánchez: apóstol del árbol

Para entender por qué el parque de Morales lleva actualmente el nombre de Juan H. Sánchez, es necesario hablar un poco del prominente galeno y de su momento histórico.

Juan Herón Sánchez Carrasco, si bien es cierto que no nació en San Luis Potosí, sino en Saltillo, Coahuila, en 1882, radicó en la capital potosina desde los seis años y aquí hizo sus estudios, incluso los primeros años del nivel profesional. Posteriormente cambió su residencia a la Ciudad de México para completar su carrera de médico en la Escuela Nacional de Medicina, recibiéndose el 27 de mayo de 1906.

Isabel Monroy Castillo expresa que es muy interesante seguir la pista de los parques a nivel nacional en la época en que Juan H. Sánchez reside en la capital del país.

"Resulta que desde el año de 1901 el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo y Zubieta había cedido una hectárea del rancho de Panzacola para establecer un parque urbano en la Ciudad de México.

"A él se le reconoce y se le nombra como ´El Apóstol del Árbol´, pues logró que este parque urbano creciera de una primera hectárea, con el paso de los años, a 39 hectáreas y es lo que hoy se conoce con el nombre de Viveros de Coyoacán, proyecto que lanza un claro mensaje de la necesidad de reforestar y de tener aire limpio en la Ciudad de México".

De acuerdo con la narración de la cronista potosina, estos viveros comienzan en 1901, pero para los años 20 del siglo pasado ya representan un ejemplo a seguir para quienes están interesados en la creación de parques urbanos en todo el país.

"Uno de esos interesados, seguramente, fue el doctor Juan H. Sánchez, quien además de ser el primer rector electo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, también fue regidor del Ayuntamiento de la capital y presidente del Club Rotario de San Luis Potosí, asociación a través de la cual impulsó decididamente la creación del parque Amado Nervo", explicó la historiadora.

El nuevo espacio surge a partir de un proyecto elaborado por el entonces director de Parques y Jardines del Ayuntamiento, Federico Monjarás Espinoza.

Juan H. Sánchez plantó los primeros árboles del parque de Morales, así como las palmeras de la avenida Venustiano Carranza y los árboles del cementerio municipal de El Saucito, en un afán, quizás, de emular los esfuerzos de reforestación que en la capital del país y en otros estados realizó Miguel Ángel de Quevedo.

Estos y otros méritos del personaje potosino llevaron a que en 1994 se le retirara al parque el nombre de Amado Nervo para recibir el del doctor Juan H. Sánchez.

Un legado que debe preservarse

Prosigue Isabel Monroy: "En la década de los años 20 del siglo pasado, el parque Amado Nervo surgió de una necesidad apremiante de diversificar los paseos o sitios de recreo para la población potosina, pues sólo se contaba con la Calzada de Guadalupe y con la antigua huerta del convento de El Carmen, que ahora conocemos como alameda Juan Sarabia, pero esos eran otros tipos de paseo.

"Durante mucho tiempo, el parque de Morales fue el mejor lugar de recreación de las familias potosinas, además, el parque impulsó el crecimiento de la ciudad hacia el poniente, iniciado a finales del siglo XIX con la creación de la avenida Centenario, hoy Venustiano Carranza".

Ya casi para finalizar la entrevista, se le cuestiona a la cronista que en algún momento de nuestra historia parece haberse perdido la oportunidad de hacer del parque de Morales el punto de unión entre la avenida Venustiano Carranza y el Camino a la Presa, para la creación de un gran corredor turístico que llevara del Centro Histórico hasta el embalse de San José y viceversa.

"Yo creo que es factible hacer ese corredor, pero es hasta ahora que tenemos la necesidad de retomar esos planes por el crecimiento que ha tenido la ciudad. Entre 1982 y 2015, la mancha urbana creció cinco veces, lo que es un indicador de la presión demográfica que se ejerce sobre recursos como el agua. La creación de más parques urbanos va directamente relacionada con el equilibrio de los recursos naturales disponibles", explicó.

Sobre el futuro de ese pulmón urbano, disfrutado ya por cuatro generaciones, Isabel Monroy concluye: "El parque se debe mantener, ya no es posible ampliarlo porque fue rodeado por diversas construcciones, pero que al menos no se pierda lo que ya existe".

Finalizada la entrevista y a manera de colofón, es necesario anotar que, con independencia del año exacto de inauguración del parque, todavía está pendiente la celebración de su centenario, fiesta que quedó suspendida por la súbita decisión de autoridades estatales de intervenir en ese espacio municipal para realizar una remodelación que promete una inversión de 100 millones de pesos. La población, entonces, deberá esperar para festejar los primeros 100 años de su querido parque.