Fotos | Identifican falla geológica de 1km en centro capitalino
Alerta equipo de la UASLP de riesgos en la infraestructura urbana y en los inmuebles de norte a sur

La potencial amenaza llega hasta la colonia Aviación, al norte de la capital/Foto: Omar Hernández-Pulso
Una enorme falla geológica que atraviesa el valle del Tangamanga ha sido identificada por especialistas del Instituto de Geología de la UASLP, y su potencial amenaza es clara: la infraestructura urbana de la ciudad y los sistemas hidráulicos están en riesgo.
Aunque la dinámica de la llamada 'Falla del Aeropuerto' es lenta, con un desplazamiento de apenas 1.5 a 2 milímetros por año, sus efectos acumulados podrían generar daños estructurales irreversibles en calles, viviendas y servicios públicos si no se toman medidas inmediatas.
El doctor José Ramón Torres Hernández, investigador y miembro del Grupo Universitario del Agua (GUA), explicó que la falla se extiende en una franja de aproximadamente un kilómetro de ancho, orientada de norte a sur.
Su dinámica geológica, aunque lenta, podría generar fracturas y daños graduales a lo largo del tiempo. "Con el paso de los años, la acumulación de tensión podría afectar gravemente la estructura de la ciudad", advirtió.
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A pesar de que no se trata de una amenaza inmediata para la vida humana, Torres Hernández destacó que los efectos de la falla podrían volverse notables si no se actúa con rapidez. "La falla principal atraviesa el centro de la ciudad, afectando zonas cercanas al Museo Regional Potosino y al templo del Carmen, y se extiende hasta áreas como las calles Fray Diego de la Magdalena y Pedro Moreno", indicó.
Además, el investigador subrayó que la falla está compuesta por al menos tres frentes geológicos que comprimen la zona urbana, lo que aumenta el riesgo de daño en las infraestructuras existentes.
Uno de los sistemas más vulnerables es el hidráulico, ya que la sobreexplotación del acuífero y las rupturas en la red de agua potable están acelerando los efectos de la falla.
La falla geológica parte desde zona centro/Foto: Pulso
En la bodega Aurrera en Nicolás Zapata/Fotos: Pulso
Perforación: la causa
"Cuando se bombea agua, en lugar de resolver el problema, se está alimentando el colapso del subsuelo, lo que aumenta la fragmentación de la infraestructura", explicó el especialista.
En respuesta a estos hallazgos, la UASLP, a través del Grupo Universitario del Agua, hace un llamado urgente a las autoridades, la comunidad científica y la sociedad civil para establecer una estrategia conjunta. La idea es abordar la situación desde una perspectiva integral y evitar decisiones que puedan agravar el problema.
Una de las decisiones más cuestionadas es la perforación de 12 nuevos pozos de agua, medida que podría intensificar la subsidencia de la zona y generar nuevas fracturas en el subsuelo, lo que afectaría la calidad del agua subterránea. "Es necesario avanzar hacia la sectorización del sistema hidráulico, lo que permitiría una distribución más eficiente y menos agresiva para el subsuelo", recomendó Torres Hernández.
Aunque los efectos de la falla no son inmediatos, el investigador advirtió que sus implicaciones a largo plazo, especialmente en relación con el abastecimiento de agua, pueden ser graves si no se toman medidas coordinadas.
Además, destacó que los esfuerzos compresivos del suelo en algunas áreas del centro de la ciudad están provocando un levantamiento diferencial del terreno, afectando calles y viviendas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) también ha reportado una amplia zona de subsidencia hacia la zona de Soledad de Graciano Sánchez, lo que pone de manifiesto la extensión de los problemas geológicos en el área metropolitana.
A pesar de la lentitud de los efectos, el doctor Torres Hernández enfatizó la importancia de tomar acciones preventivas basadas en información científica para evitar daños mayores. El reto no solo es técnico, sino también político y social. Es crucial abrir espacios de diálogo donde se pueda analizar la situación y tomar decisiones informadas.
"Este fenómeno, aunque imperceptible a simple vista, ya está dejando huella en la ciudad", concluyó el investigador, quien destacó la necesidad de abordar el problema de manera colaborativa para mitigar los riesgos a futuro.
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