logo pulso
PSL Logo

VIDEO| Promesas tóxicas: la huella ambiental de las elecciones

Pasaron las votaciones, los ganadores ya se aprestan a asumir sus cargos, pero la propaganda plástica que dejaron candidatos y partidos, convertida hoy en basura electoral, persiste, generando un problema de salud pública

Por Ana Paula Vázquez

Agosto 11, 2024 03:00 a.m.

A

Citlally Montaño

María Elena Cruz

Durante las campañas electorales, las calles, casas y espacios públicos se transforman en un mar de propaganda política. Banderas, carteles, lonas, volantes y demás elementos publicitarios se despliegan en cada rincón de la ciudad y al interior del estado, buscando captar la atención de las y los votantes. Una vez concluidas las elecciones, su objetivo se vuelve obsoleto y estos mismos elementos se convierten en basura.

Entre los materiales que más se usan en elementos de propaganda política, se encuentran los plásticos, cartón y papel, que a menudo son modificados con tintas y pigmentos para aumentar su atractivo visual. Si bien estos elementos están concebidos para tener un impacto temporal, su huella ecológica perdura mucho más allá de la jornada electoral.

La doctora Alma Gabriela Palestino Escobedo, directora de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y el doctor Marco Antonio Sánchez Castillo, profesor de la misma institución, explican el impacto que la "basura electoral" tiene en las ciudades, comunidades y habitantes del estado.

Problema grave

La UASLP, a través de la Facultad de Medicina, ha realizado estudios que indican la incidencia de los microplásticos en la salud de los ciudadanos. Los entrevistados destacan la importancia de informar a la ciudadanía y actores involucrados al respecto, ya que no solo se trata de una cuestión ambiental, sino también de un problema que afecta directamente la salud humana. 

"Esta basura que se genera a lo largo de las campañas, no solamente afecta a las ciudades o zona metropolitana, también afecta a las comunidades y habitantes del estado", asevera Palestino Escobedo.

Además, aspectos como la escasez de agua y la acumulación de residuos sólidos, agravan las problemáticas ambientales actuales.

Sánchez Castillo, indica que la combinación de estos factores representa un desafío significativo para la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades locales.

Por otra parte, señala que la presencia de contaminación auditiva y visual puede impactar negativamente el turismo local. En ciertas regiones del estado, la saturación de propaganda deteriora la imagen turística, afectando así la percepción de los visitantes. Esto, a su vez, tiene repercusiones económicas para diversos sectores de la sociedad.

Leyes incumplidas

La Ley Electoral del Estado de San Luis Potosí, en su artículo 335, establece que los mensajes de propaganda de partidos políticos, coaliciones, candidatas y candidatos realicen en la vía pública, a través de grabaciones, debe sujetarse a las disposiciones legales y administrativas expedidas en materia de protección del medio ambiente y de prevención de la contaminación por ruido. En su artículo 336, se señala que estos actores "deberán utilizar en su propaganda impresa y demás elementos promocionales, materiales que no dañen el medio ambiente, preferentemente reciclables y de fácil degradación natural. Sólo podrá usarse materiales biodegradables o reciclables en la propaganda electoral impresa".

A nivel federal, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece en su artículo 209 que "toda la propaganda electoral impresa deberá ser reciclable, fabricada con materiales biodegradables que no contengan sustancias tóxicas o nocivas para la salud o el medio ambiente". Además, los partidos políticos están obligados a presentar un plan de reciclaje de la propaganda que utilizarán durante su campaña. También señala que los artículos promocionales utilitarios sólo podrán ser elaborados con material textil.

Contrario a lo establecido en la ley, las lonas de propaganda están hechas comúnmente de polivinilcloruro (PVC), un compuesto que es difícil de descomponer, pues genera ciertos compuestos tóxicos que dificultan su procesamiento. "A la fecha no hay una tecnología que fácilmente nos permita recuperar ese material y después reciclarlo o remanufacturarlo", alerta Sánchez Castillo.

¿Quién revisa?

El Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) verifica que la propaganda electoral sea retirada a tiempo (30 días después de la jornada), de lo contrario el organismo procederá a contratar empresas para retirarla. Hasta ese momento, el Ceepac verifica que los elementos recolectados estén hechos de materiales no dañen al medio ambiente. En caso de no ser así, se inician procedimientos sancionadores para definir el castigo a los partidos, sin embargo, no existe una sanción establecida de manera firme para estos casos.

"Es cierto, hay una ley que le da seguimiento a todo esto que establece la normativa que se debe de seguir en el uso de todos estos materiales, pero también es importante que, para tener la seguridad de que la disposición final de todos estos materiales va a tener la preservación o el confinamiento adecuado, que se dé seguimiento al cumplimiento de estas medidas. Están escritas, pero la pregunta es ¿quién le da seguimiento y quién valida antes y después de los procesos electorales?", menciona Gabriela Palestino.

Otra de las preocupaciones de los académicos es la ausencia de métricas de calidad pública en torno a la cantidad de residuos generados por la propaganda electoral en tiempos de campaña. No existe un método específico para medir este impacto y, si lo hay, este no ha sido accesible para ser consultado por la ciudadanía.

"Existen también algunas otras estrategias para conocer esa información, que pueden ser apoyadas por iniciativas, desde organizaciones, instituciones de educación superior, organizaciones no gubernamentales, observadores políticos y existen también estrategias ya con nuevas tecnologías que pudieran permitir el seguimiento justamente de la calidad de artículos que se utilizan, y en consecuencia estimar la cantidad de desechos o residuos que se generan. Hasta el momento no hay un diagnóstico", comenta Antonio Sánchez.

Por su parte, Montserrat Mendoza Martínez, licenciada en Ciencias Ambientales y Salud y Maestra en Salud Pública, activista local de Greenpeace México, señala que la organización exige la publicación del informe que los partidos y coaliciones deben presentar de acuerdo al artículo 295, numeral 2 del Reglamento de Elecciones del INE. Este informe debe detallar los materiales usados en la propaganda electoral, incluyendo el nombre y ubicación de los proveedores, el plan de reciclaje, el tipo de material utilizado, y los certificados de calidad de la resina utilizada en la propaganda electoral de plástico.

Reciclar las promesas

Gabriela Palestino expone la falta de información sobre cómo la ciudadanía debe manejar los desechos posteriores a los procesos electorales. Ella sugiere que, si bien podría haber empresas privadas que apoyen, es crucial establecer procedimientos claros para que los ciudadanos puedan participar en la disposición adecuada de estos desechos. Las lonas y espectaculares, hechos de polímeros, pueden transformarse en productos de valor agregado si se manejan correctamente, lo que implica reciclarlos o darles un uso alternativo.

Remanufacturar estos residuos consiste en descomponerlos químicamente para recuperar la materia prima original, un proceso que varía en dificultad según las características del material. Actualmente, no existe una tecnología que permita recuperar los materiales utilizados en la propaganda electoral de manera sencilla; no obstante, es posible generar alternativas que minimicen el impacto ambiental y favorezcan el desarrollo de productos locales con materiales de la región. 

Para ello, la ciudadanía dentro de su participación, podría recoger y separar la basura electoral, mientras que las autoridades deberían establecer puntos de acopio para recolectar lonas, banderines, playeras y otros residuos derivados de las campañas. Tanto los partidos políticos, como los organismos electorales y los ciudadanos deben asumir la responsabilidad de establecer canales adecuados para la recolección y el reciclaje de estos materiales. 

También invita a reflexionar sobre la eficiencia de las estrategias de propaganda política y la posibilidad de utilizar tecnologías digitales, como redes sociales y aplicaciones de mensajería, para transmitir los mensajes de campaña, ya que esto podría reducir el uso de materiales promocionales convencionales, disminuyendo así la generación de basura electoral.