Primero, los lectores

Treinta y seis años después Pulso sigue fiel a sus orígenes. Hemos transitado este tercio de siglo sin apartarnos de los principios fundacionales trazados por nuestro padre, Miguel R. Valladares Garcìa.

Principios tan sucintos como claros. Pulso, nos dijo, debería estar comprometido con sus lectores y no con el poder. Pulso, enfatizaba, debía honrar la verdad y no los compromisos.

Decía también, con ese sentido tan suyo de la claridad sencilla, que quería ofrecer a los potosinos un periódico que pudiera dejar al alcance de sus nietos sin preocuparse de lo que verían y leerían. Una frase suya, imborrable de la memoria, es otro anclaje de nuestro ejercicio profesional: "La prensa tiene poder sólo cuando tiene la razón". Cómo olvidarlo.

Más de tres décadas y media después en eso estamos; en eso seguimos. En el indeclinable propósito de servir primero a quienes nos hacen posibles, nuestros lectores, sin arriar banderas ante el poder, cualquiera que sea su expresión.

Seguimos sin ningún valor existencial superior a la verdad, y podemos dejar el ejemplar impreso en cualquier lugar de nuestras casas sin preocuparnos por lo que encontrarán ahí los niños de la familia.

Seguimos, pues, y seguiremos haciendo esa clase de periodismo que sea útil, que enaltezca a la comunidad y no que la desinforme, que la confunda o, peor aún, que la engañe. Un periodismo, también, que apele siempre a la razón.