“Reforma Judicial es un despropósito”

Si bien pueden demostrar méritos por haber obtenido el mejor promedio en su carrera de Derecho, abogados muy jóvenes todavía tienen muy corto el camino recorrido para ser jueces, porque decidir sobre una trayectoria o un proyecto de vida requiere de herramientas que se adquieren con los años, y no solo por caerle bien a cuatro vecinos que lo recomiendan, advirtió el presidente de la Barra Mexicana de Abogados Capítulo San Luis, Jorge Chessal Palau.

Precisó que la reforma inspira una serie de foros de cada uno de los capítulos y en la Ciudad de México, justamente porque se considera que la reforma judicial como tal es un despropósito.

Agregó que una de las partes más importantes de esos foros de discusión será la elección popular de jueces y magistrados, pero que agrega otros aspectos que van en demérito de la justicia de México.

Explicó que otra amenaza al sistema de Justicia se refiere al hecho de que para ser juez se requiere de cartas de recomendación de cuatro o cinco vecinos, haber obtenido un promedio de 9 en los estudios de Derecho y sin requisitos de edad.

Precisó que este último punto implica que si un estudiante de 23 años regresa con un promedio de 9, y en la votación popular le cae bien a la gente de cerca de su casa, puede postularse, y eso fue lo que le agregó la Comisión de Puntos Constitucionales al dictamen.

Dijo que un joven sí puede tener la inteligencia para ser juez, pero pensar que tiene las calidades necesarias en todos los sentidos para decidir el futuro de un niño que va a entregar en custodia, la prisión de una persona, un patrimonio o el proyecto de vida de una persona, es insuficiente porque todavía a un abogado muy joven le falta camino. 

Precisó que la propuesta representa el desprecio del presidente de la república y sus partidarios al sistema judicial y eso significa que si los van a elegir por tómbola se les demerita directamente y ese es un ataque directo al sistema judicial y el equilibrio de poderes. 

Agregó que lo que ha andado diciendo ese oscuro personaje llamado Arturo Zaldívar, uno de los principales promotores de esta reforma, no era más que un demérito de la carrera judicial.