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La tradición religiosa invita a que los católicos lleven doce velas a la Iglesia para que sean bendecidas por el sacerdote o diácono.
Es una devoción con la que a lo largo de todo el año se expresa la confianza en la Divina Providencia, cuando cada día primero de mes, en actitud de oración, se enciende una de las velas.
ORACIÓN
La flama que en nuestros hogares; ante una imagen sagrada va consumiendo
la cera, representa la oración confiada, y al mismo tiempo, la luz de Cristo resucitado, que ilumina nuestras vidas de bautizados.
REFLEXIÓN
Antes de llevar las velas a bendecir, es conveniente hacer una reflexión, de preferencia en familia o a solas, en silencio, sobre lo que significa la confianza de Dios.
ACERCARSE A DIOS
El fin de año y principio de otro es una de esas ocasiones en la que el alma siente, espontáneamente, el impulso de acercarse a Dios.
La mente se inclina a repasar los beneficios recibidos sobre todo algunos relevantes y ante la conciencia aparecen también nuestras infidelidades al Señor.
CAMBIAR DE VIDA
Sentimos el deseo de cambiar de vida, de comenzar bien el año, dejar las malas costumbres, cumplir deberes que hemos dejado y renovar la vida, acercándonos más a Dios, amándolo con el corazón y amando a nuestro prójimo.
AMAR A DIOS
En la Celebración Eucarística de ésta noche, el sacerdote llevará a cabo una ceremonia muy interesante: La bendición de las velas. Esta se hace al terminar la comunión, antes de la oración.
Hoy, las personas llevan a bendecir velas o veladoras que encenderán el primer día del mes; purificados de cualquier vida mágica que quiera servirse de esto para amar a Dios.
Recordemos el significado de la luz para nosotros, desde que recibimos el bautismo, nos comprometimos a vivir siguiendo la luz que es Cristo y llevando esa misma luz a quienes viven a nuestro alrededor.
COMPROMISO
Si usamos éstas velas o veladoras para reafirmar esto, podemos decir que las velas están benditas porque nos ayudarán a lo largo del año a decir bien de Dios Nuestro Padre, por eso el agua, más que sobre las velas, se rocía sobre las personas.








