El Renovado Jardín Topiario de Carlos III en Sandringham

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 11 (EL UNIVERSAL).- El rey Carlos III cumplió un sueño al restaurar el laberinto del jardín topiario en Sandringham House, su residencia privada en Norfolk. Este laberinto, que forma parte del recién renovado Jardín Laberinto Inferior, fue un lugar especial para el monarca cuando era niño.

Desmantelado hace décadas, el laberinto ha sido recreado con un diseño cuadrado que evoca los recuerdos de su juventud, ahora, con un diseño renovado, se convierte en un espacio donde espera que sus nietos, George, Charlotte y Louis, puedan disfrutar de este espacio de la misma manera que él lo hizo en su niñez.

El proyecto es solo una de las muchas mejoras que se realizaron en Sandringham bajo la dirección del monarca. Desde la muerte de su mamá, la reina Isabel II en septiembre de 2022, el soberano ha asumido la tarea de renovar la finca, combinando su amor por la naturaleza y la jardinería con un profundo respeto por las tradiciones familiares.

La propiedad, que ha sido un refugio para la familia real desde el reinado de Eduardo VII, se ha convertido en un lugar aún más especial bajo la mirada cuidadosa y creativa de Carlos III.

El jardín topiario, una de las adiciones más recientes, es un tributo a la pasión del rey por la jardinería. El espacio cuenta con más de 10,000 plantas cuidadosamente esculpidas, con 5,000 plantas de tejo formando setos que rodean el área. La simetría y los detalles del jardín reflejan su deseo de crear un entorno que sea estéticamente agradable.

Como mencionamos, la restauración del laberinto y la creación del jardín están profundamente inspiradas en los recuerdos de infancia del rey Carlos. Durante su juventud, el papá del príncipe William conoció otro jardín topiario que lo dejó impresionado y de ahí tomó la inspiración.

La finca fue adquirida en 1862 por la reina Victoria como una petición del rey Eduardo VII para que se convirtiera en su residencia. Desde entonces ha sido un lugar de retiro y celebración para la familia real británica.

Ha albergado desde las cacerías de faisanes del duque de Edimburgo hasta las celebraciones navideñas que continúan siendo una tradición en la familia. Con sus 120 habitaciones, 250 mil metros cuadrados de jardines, piscina climatizada, gimnasio y spa, Sandringham ha sido testigo de innumerables momentos familiares y sigue siendo un lugar de gran importancia emocional para los Windsor.

La finca también alberga una granja ecológica, una serrería y varias dependencias, todo rodeado por los magníficos jardines diseñados por Geoffrey Jelicoe para el rey Jorge VI. Estos jardines, que incluyen un sendero sombreado creado por la reina Isabel II en los años 60, están abiertos al público de abril a octubre, permitiendo a los visitantes explorar la historia y la belleza natural de la residencia.

El recién renovado Jardín Laberinto Inferior será parte de esta experiencia, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de ver de cerca el trabajo del rey Carlos III y su equipo de jardineros.

Mientras el rey Carlos continúa recuperándose de problemas de salud, Sandringham no solo le ofrece un lugar para relajarse y rejuvenecer, sino también un espacio donde puede compartir momentos especiales con su familia, especialmente con sus nietos, en un entorno que ha sido diseñado para revivir sus momentos más preciados.

Otra de las buenas noticias que ha tenido este año para la familia real británica es que, por primera vez en su historia, el castillo Balmoral está abierto al público general. Esta decisión, tomada por el rey Carlos, permite a los visitantes explorar este emblemático retiro real justo antes de que él y la reina Camila lleguen para disfrutar de sus vacaciones de verano.

La apertura brinda la oportunidad de descubrir la majestuosidad de la residencia, conocida por su arquitectura escocesa y su impresionante entorno natural, que ha servido también como un refugio privado para la familia real durante más de un siglo.