Cremas anti edad
El último año, el estrés ha aumentado considerablemente entre las mujeres y es ya una de las principales causas de envejecimiento prematuro.
Un porcentaje elevado de personas viven en constante estrés por la pandemia.
Además de al estado de ánimo y a la salud en general, este nerviosismo constante tiene un impacto directo en la belleza y si allá por octubre los especialistas nos avisaban de que el pelo se nos caería mucho más que antes, ahora la neurocosmética cobra más sentido que nunca.
EMOCIONES NEGATIVAS
Sí, los daños que las emociones negativas provocan en la piel son más que evidentes si no se manejan correctamente.
Por ello, expertos explican el porqué de que cualquier rutina de cuidado esté coja sin un ritual antiestrés efectivo.
ANSIEDAD
Las mujeres tienen el doble de probabilidades de padecer estrés y ansiedad grave que los hombres, porque su respuesta al estrés es diferente.
Tienen un sistema hormonal distinto, que hace que reaccionen más emocionalmente y por tanto se agoten más a nivel emocional.
Además, están expuestas a más factores de estrés ya que tienen que asumir más roles y responsabilidades en su día a día que los hombres.
CAMBIOS HORMONALES
Normalmente, las responsabilidades de conciliación entre la vida familiar y laboral suelen afectar más a las mujeres y por eso el estrés en la mujer tiene este factor como origen en la mayoría de los casos.
Además, los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de una mujer son diferentes a los del hombre.
FATIGA EMOCIONAL
Respecto a la preocupación y la fatiga emocional general de la pandemia del coronavirus, han concluido que las mujeres tienen casi tres veces más probabilidades que los hombres de sufrir consecuencias importantes para la salud mental, como, por ejemplo, ansiedad, pérdida de apetito, incapacidad para dormir y dificultad para realizar las tareas diarias.
AFECTACIONES
Y es que, la situación de incertidumbre, la pérdida de familiares y conocidos, en muchos casos la pérdida del trabajo o la inestabilidad laboral, incluso la reducción o inexistencia de vida social, sumada a situaciones complicadas en el hogar, son algunas de las principales formas en las que la pandemia ha afectado e incrementado en algunas personas los niveles
de estrés.
ANSIEDAD
El estrés y la ansiedad desequilibran el sistema neuroendocrino, producen inflamación y especies reactivas de oxígeno.
Muchas enfermedades cutáneas empeoran por el estrés, la ansiedad, etc.
Y con la pandemia observamos muchos brotes de dermatitis atópicas, rosácea, acné y psoriasis.
Además, dificulta la síntesis de colágeno y elastina, responsables de la elasticidad de los tejidos y por tanto de la firmeza de la piel, esta se ve menos firme y también pierde luminosidad y brillo.Y, por si fuera poco,
más deshidratada.
CORTISOL
Uno de los responsables de esto es el cortisol, la hormona que producen las glándulas suprarrenales cuando se disparan los niveles de estrés y que provoca una serie de respuestas celulares destinadas a satisfacer las necesidades urgentes del organismo.
PRODUCCIÓN
La producción de cortisol, a largo plazo, provoca inflamación cutánea que se manifiesta en la aparición de granos, líneas de expresión, arrugas y una piel más fina
y apagada.
Además, también provoca la disminución de la cantidad de colágeno producido por
los fibroblastos.
Esta pérdida en la producción de colágeno se traduce en una pérdida de elasticidad y aparición de arrugas.
COSMÉTICOS
Existen cosméticos capaces de reducir los daños, como en el caso de Facialderm contienen una alta concentración de activos antiestrés y antiedad basados en los principios de la neurocosmética. Son neurocosméticos, que reducen y previenen los signos del estrés facial y el envejecimiento prematuro, inhibiendo la producción de cortisol, hormona del estrés.
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