¿DóNDE ESTÁ LA SALVACIÓN?

ay tiempos marcados por el dolor; y esas angustias, hacen que todo se torne gris.
Y ante tales situaciones, no es fácil detectar, dónde está la salida.
El conflicto, nos hace desesperar; y nos lleva a pensar: que ya no hay salida.
Y a partir de ahí, empezamos a buscar la salvación.
Porque en este mundo, es muy fácil llegar a perderse.
Y al perder el rumbo, nos sentimos hundidos, y es ahí, que alzamos la mirada, buscando la mano que nos salve.
Porque sentimos, que se ha perdido la salvación, o que ya no hay salvación.
Y al tratar de salvarnos, lo único que hacemos es hundirnos más; porque al estar afectados por la ceguera, buscamos la salvación, donde está, no está.
Pero, Dios sabe de qué lado se encuentra la salida; y aunque la tenemos cerca, nuestra ceguera, no nos permite verla.
Eso, fue lo que pasó con los discípulos de Jesús: ellos, habían pasado la noche tratando de pescar algo.
Y en eso, se presenta Jesús y les dice: “muchachos, ¿han pescado algo? Ellos contestaron: no.
Entonces él les dijo: echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces.
Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados”. (Jn.21).
Vivimos tan cegados, que desesperamos al no encontrar la salvación; y no advertimos, que está, de nuestro lado; pero las preocupaciones de la vida, no nos dejan detectarla.
Por eso, Jesús les dice: que, a la derecha de la barca, es donde están los peces; es decir, hay que voltear hacia dónde Dios te diga, para que estés a salvo.
Solo Jesús, conoce la clave de nuestra salvación; porque Él, es la salvación misma.
Y, si vivimos agobiados por los problemas, ya no alcanzamos a ver la salida.
Porque el conflicto nos sumerge en las tinieblas; y ante tanta oscuridad, ya no se puede captar: dónde está la salvación.
El Señor, es la luz que alumbra nuestra vida.
Y con Él, es posible mirar, aún en medio de las tinieblas; para así descubrir la salida, es decir, para sentir que estamos salvados.
Hoy, digamos con el Salmo : “… ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”. (Salm.121).
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.
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