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LA HAYA, Países Bajos (EFE).- El rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos celebró este lunes su cumpleaños llamando a seguir confinados y a celebrar en privado y en casa, a pesar de que este día es tradicionalmente un festivo nacional en el que el país se tiñe de naranja entre conciertos y fiestas, cancelados por la emergencia sanitaria.
En un discurso ofrecido desde su residencia oficial, el rey aplaudió que los ciudadanos hayan "logrado formar una unidad a una distancia entre sí, sentando las bases para muchos", en referencia al metro y medio interpersonal que exige el Gobierno holandés como medida contra el nuevo coronavirus, y pidió convertir el Día del Rey en "una jornada única para el recuerdo".
El monarca expresó su decepción por la cancelación de la gran fiesta que le tenían preparada en la ciudad holandesa de Maastricht, donde "muchos trabajaron duro en un programa especial" por su cumpleaños, pero pidió "persistencia" para "proteger a los más débiles de la sociedad" y a los trabajadores sanitarios.
Aunque las fiestas han sido canceladas, muchas familias han seguido las recomendaciones del rey y están compartiendo con la Casa Real las imágenes de pequeñas celebraciones organizadas en sus casas, en las que aparecen vestidos de naranja, comiendo tarta, jugando con los niños y felicitando al monarca por su cumpleaños.
La propia familia real también ha estado compartiendo fotografías de las celebraciones familiares dentro del palacio Huis ten Bosch de La Haya, donde las tres princesas y la reina se encargan de mantener viva la tradición, dentro de los límites del confinamiento.
Una encuesta anual publicada hoy por la televisión holandesa NOS confirma la popularidad de los monarcas holandeses, con 7.7 puntos para el rey Guillermo Alejandro y un 8 para la reina Máxima.
Según este estudio, ocho de cada diez holandeses "están satisfechos" con la forma en la que el monarca holandés ha regido el país desde que llegó al trono en 2013, y más del 75% confía en él como jefe de Estado, mientras que el 67% de la población cree que toda la familia real tiene "un valor añadido" en tiempos de crisis.
