Esto es lo que mejor sabe cocinar Kate Middleton

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 5 (EL UNIVERSAL).- Kate Middleton, conocida por su elegancia y gracia como integrante de la realeza británica, ha sorprendido a todos revelando uno de sus talentos menos conocidos: su habilidad en la cocina y su sentido del humor. Durante una fiesta en el jardín del Palacio de Buckingham, la princesa Kate demostró que su destreza no solo se limita a su rol público, sino que también tiene un lado divertido y relajado.

En un encuentro con Aldith Grandison, de 93 años, y su hija Jay Cee La Bouche, la conversación se tornó hacia la cocina y los chistes. La princesa Kate confesó humildemente que no es buena para las bromas y que su sentido del humor es "terrible", mientras que su esposo, el príncipe William, resulta ser muy hábil en el arte de la comedia. Esta revelación muestra un lado más humano y auténtico de la realeza, demostrando que incluso quienes ocupan posiciones elevadas también tienen sus propias debilidades y virtudes.
La crianza de sus tres hijos, el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, es una prioridad para Kate Middleton y William. A pesar de sus responsabilidades reales, ambos padres han buscado proporcionarles una infancia lo más normal posible. Los llevan a la escuela, disfrutan de actividades cotidianas como ir al supermercado o compartir bocadillos en su automóvil, y se esfuerzan por pasar tiempo juntos en familia.
Uno de los pasatiempos favoritos de Kate Middleton es la cocina. Le encanta hornear pasteles de cumpleaños para sus hijos y experimentar en la cocina. Este gusto por la cocina puede ser rastreado hasta su infancia en el pueblo de Bucklebury, donde creció como la mayor de tres hijos. Su amor por la naturaleza y el aire libre también se originó en su crianza en el campo, lo que se refleja en su aprecio por actividades como jugar al aire libre y ensuciarse con su familia.
El enfoque de Kate Middleton y William en brindar una infancia normal a sus hijos ha sido elogiado y admirado. A pesar de sus deberes reales, han logrado establecer un equilibrio entre sus responsabilidades públicas y su vida familiar, dedicando tiempo y atención a la crianza de sus hijos.