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Jóvenes se alteran por confinamiento

Por Agencias

Noviembre 23, 2020 03:00 a.m.

A

Entre los jóvenes, su vida se ha transformado, a consecuencia de 

la pandemia por el Coronavirus.

Consideran excesivo el tiempo que han pasado en 

casa, lo cual altera sus relaciones inter-familiares.

En especial, en aquellas familias donde los hijos ya mostraban una conducta inadecuada, a la hora de tratar con sus padres. 

Son jóvenes que se niegan a hacer sus tareas, a comer con los padres, a integrarse con sus hermanos.

Con los riesgos que ello conlleva, como, por ejemplo, que consuman contenidos inapropiados para su edad.

Negación a comer lo que se les ha preparado o malas contestaciones a la hora de la comida. Incluso, en ocasiones, quieren comer a su entero gusto dónde les plazca.

Peticiones reiteradas para salir de casa, en pleno confinamiento, con la excusa de que van a ver a un amigo.

PADRES 

En el caso de padres separados, se acentúan las fisuras. 

El hijo no quiere ir a la casa del progenitor que le corresponde o amenaza con marcharse.

Ni los jóvenes son homogéneos, ni tampoco sus familias y su forma de educarles.

También, están los jóvenes que trabajan y participan en casa.

De igual modo, existen diversos modelos de progenitores, desde los que sobreprotegen a sus hijos hasta los que aspiran a ser sus amigos.

Y aunque cada uno de ellos responde de manera diferente, por lo general, tienden a ceder o a negociar con los jóvenes.

Su actuación responde a un objetivo claro, evitar conflictos.

RESPONSABILIDADES

Si en tiempos de confinamiento, sólo son los padres quienes tienen las obligaciones y los hijos todos los derechos, es un problema.

Los padres se confunden y sienten que son malos padres, porque no comprenden el motivo por el que ponen en práctica ciertos consejos educativos y no funcionan.

Es bueno pedir ayuda profesional en trastornos 

de conducta.

ACTITUD

En ocasiones, lo que puede tomarse como una rebeldía adolescente puede esconder un problema conductual como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, TDAH, 

o la dislexia.

La línea entre unos y otros es muy sutil desde los ojos de los progenitores. Así que es preciso contar con un diagnóstico. 

Que no quieren hacer 

los deberes.

O confían en lo veo, lo quiero, 

lo tengo.

Es decir, que ven cualquier objeto, lo quieren, pero no comprenden que no siempre pueden tenerlo, hay 

un problema. 

¿QUÉ HACER?

Es habitual que algunas ocasiones las relaciones sean imposibles. Es conveniente solicitar la ayuda de profesionales, que intentarán reconducir la relación en el propio espacio del confinamiento familiar.

Para que esto sea posible

 se tienen que dar

 ciertas condiciones.

Que todas las partes estén dispuestas a cumplir con los acuerdos estipulados.