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Se tiende a culpar de la conducta propia a otros; se culpa a las instituciones, a los medios de información, al medio ambiente o a la corrupción, lamentó la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
Según la grey católica local, a las personas les cuesta “mucho” aceptar su propia responsabilidad en determinados aspectos, delegando la culpa a otros ciudadanos o sectores como los antes referidos.
En la editorial “El pecado contra el Espíritu Santo”, publicada hoy en el semanario parroquial de “La Red”, juzgó que “da la impresión” que en la actualidad siga presente el pecado contra el Espíritu Santo.
“No es que sea un pecado más grave que otros, sino porque se trata de una blasfemia contra Dios mismo: el Espíritu Santo. Es decir, es una actitud de la persona que prefiere la oscuridad a la luz”, sostuvo.
Según el clero local, quienes tratan de seguir a Dios, de forma continua deben luchar contra el demonio para que no triunfe en la vida de cada uno de ellos, pues en el enfrentamiento la debilidad puede traer una derrota.
Parafraseó pasajes bíblicos, al exponer que no debe pensarse que el diablo es un mito, ya que el maligno envenena con odio, tristeza, envidia, vicios “y aprovecha para destruir nuestra vida”, concluyó.
Según la grey católica local, a las personas les cuesta “mucho” aceptar su propia responsabilidad en determinados aspectos, delegando la culpa a otros ciudadanos o sectores como los antes referidos.
En la editorial “El pecado contra el Espíritu Santo”, publicada hoy en el semanario parroquial de “La Red”, juzgó que “da la impresión” que en la actualidad siga presente el pecado contra el Espíritu Santo.
“No es que sea un pecado más grave que otros, sino porque se trata de una blasfemia contra Dios mismo: el Espíritu Santo. Es decir, es una actitud de la persona que prefiere la oscuridad a la luz”, sostuvo.
Según el clero local, quienes tratan de seguir a Dios, de forma continua deben luchar contra el demonio para que no triunfe en la vida de cada uno de ellos, pues en el enfrentamiento la debilidad puede traer una derrota.
Parafraseó pasajes bíblicos, al exponer que no debe pensarse que el diablo es un mito, ya que el maligno envenena con odio, tristeza, envidia, vicios “y aprovecha para destruir nuestra vida”, concluyó.
