A-AA+
Entre agosto de 2012 y octubre de 2013, elementos de las secretarías de Marina (Semar) y de la Defensa Nacional (Sedena) torturaron y violaron a siete residentes de San Luis Potosí y uno de Tampacán, según revela información de un recuento de las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Por esos hechos, el organismo autónomo nacional emitió seis recomendaciones entre 2016 y la actualidad: 37/2016; 43/2016; 20/2017; 74/2017; 09/2018 y 48/2018. Cuatro de ellas corresponden a la Marina y las dos restantes, al Ejército.
De acuerdo con el seguimiento realizado, cuatro de las víctimas son varones y tres mujeres, todos fueron torturados, pero en el
caso de las féminas también sufrieron violación.
Al consultar las investigaciones de la CNDH, las formas de tortura más usadas por las fuerzas militares y navales son la aplicación de descargas eléctricas en los labios, genitales y estómago; cubrir la cara con bolsas de plástico para provocar asfixia; rodillazos y puñetazos; poner un trapo en la cara y arrojar agua para exponer a la personas a una sensación de ahogamiento.
A su vez, referente a cómo se ejerce el ataque sexual aplicado únicamente a las mujeres, la milicia obliga a las mujeres a practicarles sexo oral, las abusa sexualmente con el miembro viril vía vaginal y con la introducción de tubos por el ano.
En la Recomendación 20/2017, la CNDH expuso el caso de una mujer de la capital potosina, a la que los marinos “la desnudaron, golpearon, violaron, metiéndole un tubo por el ano en varias ocasiones y le dijeron que tenía que firmar (la declaración)” porque “era contadora del ‘Cártel del Golfo’ y tenía que decirles dónde estaba el dinero y material”.
Por esos hechos, el organismo autónomo nacional emitió seis recomendaciones entre 2016 y la actualidad: 37/2016; 43/2016; 20/2017; 74/2017; 09/2018 y 48/2018. Cuatro de ellas corresponden a la Marina y las dos restantes, al Ejército.
De acuerdo con el seguimiento realizado, cuatro de las víctimas son varones y tres mujeres, todos fueron torturados, pero en el
caso de las féminas también sufrieron violación.
Al consultar las investigaciones de la CNDH, las formas de tortura más usadas por las fuerzas militares y navales son la aplicación de descargas eléctricas en los labios, genitales y estómago; cubrir la cara con bolsas de plástico para provocar asfixia; rodillazos y puñetazos; poner un trapo en la cara y arrojar agua para exponer a la personas a una sensación de ahogamiento.
A su vez, referente a cómo se ejerce el ataque sexual aplicado únicamente a las mujeres, la milicia obliga a las mujeres a practicarles sexo oral, las abusa sexualmente con el miembro viril vía vaginal y con la introducción de tubos por el ano.
En la Recomendación 20/2017, la CNDH expuso el caso de una mujer de la capital potosina, a la que los marinos “la desnudaron, golpearon, violaron, metiéndole un tubo por el ano en varias ocasiones y le dijeron que tenía que firmar (la declaración)” porque “era contadora del ‘Cártel del Golfo’ y tenía que decirles dónde estaba el dinero y material”.
