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Insectos, los animales más incomprendidos por el Homo Sapiens

Por Adolfo González Díaz Infante

Abril 27, 2024 03:00 a.m.

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Los insectos son animales invertebrados que pertenecen al FILUM de los ARTRÓPODOS y están clasificados en 34 grandes grupos llamados ÓRDENES, que a su vez se clasifican en más de 1 millón de especies descritas hasta el día de hoy y muchísimas más especies por descubrir en el mundo, lo que los convierte en el grupo de animales más diverso del planeta. Además de que se calcula que deben de ser más de 4 millones de especies las existentes al día de hoy, por lo que faltan aún 3 millones de especies por describir y clasificar.

El insecto más numeroso existente en el mundo son las HORMIGAS, de las cuales se tienen registradas más de 10,000 especies, dentro de los cuales se calcula que podrían existir hasta 100,000 billones de individuos, y la masa de todas las hormigas es mayor que la masa de todos los demás animales que habitamos la tierra juntos.

La LANGOSTA es otro insecto que cuando se dan las condiciones meteorológicas adecuadas tiene una explosión de reproducción y por lo tanto de número de especímenes que, en algunos casos, abarca más de 2,400 kilómetros cuadrados en un solo enjambre que se calcula que podría tener 2,000 millones de especímenes. Ya en la Biblia se describe esta plaga hace más de 2,500 años.

Los insectos son un grupo de animales de los más exitosos de la evolución y por esto son los más numerosos, y que en caso de una catástrofe a nivel planetario, son los que tienen más probabilidades de sobrevivir y por lo tanto de heredar nuestro planeta. Por lo que debemos pensar que ante la devastación ecológica que estamos provocando entre todos podría darse el caso de que no sobrevivamos como especie y sí sobrevivan muchas especies de insectos y sean ellos los que repueblen el planeta.

En nuestra convivencia con otras especies en la Tierra, la principal convivencia es con los insectos, ya que por sus características están en contacto directo con nosotros todo el día, y la vida en el planeta depende en gran parte de ellos, especialmente por su acción polinizadora que genera la gran mayoría de nuestras cosechas de alimentos. En este caso la especie más conocida son las abejas, de las que obtenemos la miel, la cera, el propóleo, el polen y la jalea real. Y podríamos seguir enumerando cientos de especies que son incluso alimenticias directamente para nosotros los humanos por medio del consumo directo de los mismos, pues comemos chapulines, comemos hormigas, comemos huevos de hormigas llamados ESCAMOLES, etc. 

También tenemos especies de insectos dañinos para nosotros los humanos, pero que son necesarios para el funcionamiento ecológico de nuestro planeta y que también debemos de respetar. Algunos como las langostas se comen nuestras cosechas, las moscas domésticas que pululan en todos nuestros hogares transmitiendo diferentes enfermedades, entre otros.

En nuestra tendencia a controlar la naturaleza y adaptarla a lo que nosotros creemos y pensamos que es lo mejor, los estamos atacando demasiado e indiscriminadamente por el solo hecho de que nos provocan repulsión y miedos ancestrales como es el caso de las cucarachas. En nuestros jardines los atacamos también indiscriminadamente, a veces incluso por motivos estéticos. Nuestra primera reacción al ver una araña o una tarántula que no están clasificados como insectos es matarla sin pensarlo dos veces y sin tomar en cuenta que se alimentan de mosquitos que a su vez son molestos para nosotros y son los que transmiten la malaria, que es la enfermedad que mata más humanos anualmente en todo el mundo; más incluso que nuestras guerras.

Debemos de concientizarnos que estamos interrelacionados todos los habitantes del planeta, es decir humanos e insectos, y respetar la vida de los insectos es respetar la vida nuestra, y al causar un daño ecológico matando indiscriminadamente insectos, nos estamos creando nosotros mismos un daño ecológico, que a su vez repercutirá en el resto de los habitantes del planeta. La próxima vez piénsalo dos veces antes de matar una araña o un insecto, cualquiera que éste sea.