Sinfonolas: Evolucionan a través del tiempo, del vinilo a lo digital

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En las décadas de los 50 y 60, las sinfonolas tuvieron su época de esplendor al ambientar musicalmente los merenderos, restaurantes, cantinas y pulquerías de México, hoy continúan vigentes, pero a través de modelos digitales que pueden albergar miles de canciones, videos y karaokes en su disco duro.

También se les conoce como jukebox, gramola o rockola. Éste último es el nombre más común y hace referencia a la marca Rock-Ola creada por David Cullen Rockola, en 1930.

Es una máquina de aproximadamente metro y medio de altura que reproduce música cada vez que se le introducen monedas o billetes. Se caracteriza por el gran volumen de su caja e iluminación multicolor al frente y a los lados.

Para seleccionar el tema a escuchar, se presionan varios botones a fin de encontrar el disco de vinilo ideal. Sin embargo, con el tiempo estos grandes dispositivos fueron desplazados por aparatos más pequeños que ocupan menos espacio y están montados a la pared.

Además, sus pantallas son tipo “touch” (táctil) y ofrecen una variedad de opciones que no sólo contemplan escuchar títulos musicales.

“No obstante lo anterior, siempre habrá sitios que prefieran seguir apostando por la nostalgia, por lo vintage y opten por las grandes máquinas aunque sea actualizadas, asegura Israel de Jesús, fabricante de rockolas desde el taller de su casa.

Sinfonolas Arión es una de las empresas mexicanas que las fabrican. Su planta se encuentra en Guadalajara, Jalisco, y es una división de la empresa Advanced Technology Research (ATR). El costo aproximado por aparato es de 100 mil pesos. Está totalmente equipado y con los permisos legales para funcionar de inmediato.

Los fabricantes independientes como Israel de Jesús, aseguran que las rockolas que ellos presentan son de la misma calidad, pero a un precio más bajo, pues su venta máxima es de 16 mil pesos.

Asegura que gozan de la misma tecnología que las patentadas y el catálogo musical también está legalizado ante la Somexfon (Sociedad Mexicana de Productores de Fonogramas, Videogramas y Multimedia). Asimismo, se puede actualizar vía Internet desde cualquier punto.

Hace tiempo, para escuchar alguna canción, el cliente pagaba por lo menos unos 10 centavos, después 20 y más tarde costaba hasta un peso. En la actualidad, según la zona donde se halle instalada la sinfonola, pueden pagarse hasta 10 pesos por dos melodías.

Temas de Pedro Infante, el llamado “Ídolo de México” son fundamentales en una rockola, como también los de Vicente Fernández, Alejandro Fernández, José Alfredo Jiménez y José José. De manera común, éstos se tocan cuando el cliente se siente despechado o adolorido.

Pero si está más alegre, opta por cualquier otro género musical, ya sea balada, salsa, cumbia, rock and roll, bachata, alternativo, pop, rock, heavy metal y hasta reggaetón. Hay de todo para complacer a todos los gustos.

En la Ciudad de México existen varios lugares que lucen sinfonolas antiguas para ambientar el lugar. Sin embargo, muchas de ellas no sirven debido a que existen pocas personas que se encargan de reparar ese tipo de modelos.

Aunado a esto, es difícil hallar en el mercado las piezas de repuesto y sale caro el mantenimiento, por lo que prefieren sólo exhibirlas para que llamen la atención de la clientela.