Rejoneador Diego Ventura triunfa en Plaza El Paseo (FOTOGALERÍA)

Cortó tres orejas; Gerardo Adame logró un apéndice y Javier “Calita” se fue en blanco




El rejoneador lusitano, Diego Ventura fue el triunfador de la tradicional corrida del mes de febrero en la Plaza de Toros Monumental El Paseo, al cortar 3 orejas, mientras que Gerardo Adame, cortó un apéndice y Ernesto Javier “Calita”, no tuvo fortuna al estar pesado con el acero.





Ante el inicio del festejo se realizó un sencillo, pero sentido homenaje a Fernando Lemoine, quien por 25 años fue el torilero oficial del inmueble de la Av. Universidad y quien lamentablemente se nos adelantó en el viaje, además de que la gente del toro, encabezado por Tauromaquia Mexicana Capítulo San Luis, lucieron mantas alusivas a las Tradiciones Unidad por México y otra con la oración “Pedimos Respeto y Libertad a nuestro amor por la fiesta brava”.





DIEGO VENTURA (USANZA ESPAÑOLA)
Su primer enemigo de la noche fue Paisano de 481 kilos, de la ganadería El Vergel, al que le hizo una gran faena, comenzando con los dos rejones de castigo, para luego dar paso a las banderillas tres que le colocó al quiebro, una al violín y tres banderillas cortas en forma de rosa, ante los aplausos del respetable.





Y es que el rejoneador tuvo una faena tan exquisita por la forma de torear con su cabalgadura, manejando a sus caballos con gran maestría, dejando extraordinarias pinceladas de su arte y valor, a la hora de matar con la hoja de peral, tuvo un mete y saca, para después dejar una estocada caída y delantera, pero con efectos para que el juez ante la petición del público le otorgara una oreja al lusitano.





Su segundo enemigo fue Muégano de 520 kilos, de la ganadería de J. Delgado, al que también le toreó de una gran forma, con dos rejones de castigo, se lució con las banderillas al poner 2 al quiebro, 2 al violín, tres cortas al violín y otros dos más, en donde se lució con su cabalgadura, levantando al animal en dos patas, ante la algarabía de los aficionados, en la que fue una faena bien hecha y emotiva, entró a matar para dejar una estocada entera de efectos, que el juez le premió con dos orejas.





ERNESTO JAVIER “CALITA” (ROSA MEXICANO Y ORO)
En el primero de su lote le tocó Huasteco de 475 kilos de Rancho Seco, al que le realizó una serie de quites por navarras, el segundo tercio bien logrado, y ya la faena la comenzó con buenas tandas de derecha, con un toro que iba a la muleta, le dio buenos pases, en algunos casos alargó muy bien los mismos, ante los ¡Oles! ¡Oles!, de los aficionados, fue una faena valerosa.





Lamentablemente a la hora de entrar a matar, en su primer intento pinche, le tocan un aviso, luego pincha en tres ocasiones más, y le suena el segundo aviso, deja un pinchazo hondo, y luego vuelve a intentar matar y deja una estocada infumable, que surte efectos, pero el matador fue despedido entre abucheos.





En su segundo, le tocó Chicuelo de 470 kilos de Rancho Seco, Inicia con una larga de rodilla, que le pone emoción al lance, nuevamente se quita las zapatillas con en su primer enemigo, el toro fue de más a menos, le cuajó dos tandas bien por derecha, para luego citar a media altura, que era la forma en que iba su astado.





Entró a matar y dejó una estocada muy delantera, después un pinchazo hondo, entró otra vez a matar y dejó media estocada, recibe un aviso y finalmente su enemigo dobla para ser nuevamente despedido entre abucheos.





GERARDO ADAME (TABACO Y ORO)
Su primero de la noche fue Berrinche de 470 kilos de Rancho Seco, que fue muy bien al caballo, tanto que tumbó al picador Guillermo Cobos que salió con una contusión en la muñeca izquierda y en la paleta, algo le vio Adame del toro que no le gustó, al que no le pudo sacar un pase, por lo que abrevió, pincha, con la espada corta intentó seis veces el descabello, fallando y tomó nuevamente la espada para de esta forma despachar a su enemigo, hubo división de opiniones para su labor.





En el último toro de la noche, de nombre Despeñoso de 470 kilos, de Racho Seco, su faena con la muleta la inició con un cambio por la espalda, que vuelve a repetir para luego cuajar dos tandas por derecha, bien confeccionadas, fue una faena de valor, ya que tuvo que meter al toro en la muleta para sacarles buenos pases, dejó una estocada en buen sitio de efectos, para que doblara su enemigo y el juez le concediera un apéndice.