Alicia Villarreal abre con fuerza en el Auditorio Nacional
El mes pasado cimbró a sus seguidores al hacer con la mano la señal de sufrir vinolencia

La noche se ha vestido de vaquera. Sombreros y botas, grandes escotes, mallas y minifaldas permean los alrededores y el interior del Auditorio Nacional.
La culpable se llama Alicia de apellido Villarreal, la regiomontana que el mes pasado cimbró a sus seguidores al hacer con la mano la señal de sufrir violencia.
Hoy, ante cerca de 10 mil espectadores, ofrece un recital estimado en dos horas de duración.
Y abrió con fuerza, porque tan pronto se apagaron las luces de la sala, abrió con "La yegua" y "Ojo por ojo", arrancando la ovación que retumbó en el techo del coloso de Reforma.
Llegó acompañado de un mariachi de diez elementos, cuatro bailarines y otros cuatro músicos.
Bastó la frase "ya no pienso mantener este amor", primera de la canción, para alocar al público.
Desde afuera del Auditorio todo el ambiente estaba en pro de Alicia. El Metrobús que hace parada enfrente del edificio, prácticamente se vaciaba al llegar a la estación.
Y esquivando autos, obligándolos a hacer el alto a varios, la gente se atravesaba con el fin de llegar a tiempo a su lugar.
Antes algunos pasaron por la playera de 150 pesos y la sudadera de 300 pesos. Otros optaban por llevarse un DVD pirata de 20 pesos con presentaciones en vivo de la cantante.
¿Y los revendedores? No podían faltar, caminando entre los asistentes apenas y alzando la voz para preguntar si les faltaban o sobraban boletos.
Así somos nosotras las mujeres enamoradas, apasionadas y luego se van y ¿qué hacemos nosotras? ¿Lloramos? ¿Sufrimos? ¿La pasamos mal? Nos damos cuenta que somos capaces y trabajadoras.
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