Daniel Giménez Cacho habla del alcoholismo que padeció

CIUDAD DE MÉXICO.- Para Daniel Giménez Cacho el aceptar dirigir la puesta en escena “El hijo de puta del sombrero”, no sólo le brinda la oportunidad de abordar una historia luminosa y con mucho humor pese a la temática, también le permite por primera vez trabajar con su hijo Lucio Giménez Cacho Goded y reencontrarse como padre e hijo.
“La posibilidad de dirigir a mi hijo fue un gran gancho para que yo aceptara, porque es un gran camino de encuentro con él, no el plano doméstico sino profesional, conocerlo bien porque el teatro es una lupa gigante donde puedes ver de las personas lo que son, lo que creen que son, lo que esconden y lo que escogieron mostrarnos, pero esto también es ida y vuelta”, dijo .
Aunque aseguró que esta experiencia de tener a Lucio en el escenario mientras lo dirige ha sido una experiencia hermosa, también les ha estado ayudando a sanar heridas que se formaron a lo largo de la vida como dos adultos que son.
“Como padre siempre vas a tener la culpa, hagas lo hagas, o seas la mejor persona, siempre vas a generar un trauma, por ejemplo yo he tenido mis temas con el alcohol muy fuerte, pero ya voy a cumplir tres años que dije ya, porque en verdad era un problema, digamos que era un alcohólico funcional, funcionaba bien pero se me desataba mucha furia, entonces creo que por esa manera desmedida de beber he de haber generado dolores en la familia, sé cuáles porque por fortuna en mi casa se ha hablado todo se frente”.
Lucio decidió anexarse para comprender su
personaje
Es por eso que esta obra les viene como anillo al dedo a ambos, ya que cuenta la historia de Jackie (Lucio Giménez Cacho) un exalcohólico y exdrogadicto, que al salir de la cárcel termina con su pareja de toda la vida y se va a vivir con Rafa (Francisco Rubio), quien es su padrino durante su desintoxicación, pero descubrirá que la gente no es tan buena como dice ser.
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