Winnie the Pooh se vuelve un asesino
LOS ANGELES. - Un oso de peluche gigante, con una sonrisa retorcida en el rostro, se pasea pesadamente por la pantalla. La música amenazante aumenta. Las sombras ocultan amenazas desconocidas. Christopher Robin ruega por su vida. Y el oso revienta una cabeza con un mazo.
Así transcurre el avance de la película de 2023 “Winnie the Pooh: Blood and Honey” (“Winnie the Pooh: Sangre y miel”), un filme de asesinatos sobre los queridos personajes de A.A. Milne, posible gracias a la expiración de los derechos de autor y la llegada de la novela infantil clásica al dominio público estadounidense.
Ya vivíamos en una era repleta de remixes y reutilizaciones, ficciones hechas por los fans y mezclas. Luego comenzó un desfile de personajes e historias, liderado por Winnie the Pooh y Mickey Mouse con muchos más por seguir, marchando hacia el dominio público, donde cualquiera puede hacer cualquier cosa con lo que sea y darle forma en una nueva generación de historias e ideas.
Tras una sequía de dos décadas provocada por una extensión del período de protección a los derechos de autor establecida por el Congreso en 1998, obras muy famosas finalmente ingresaron al dominio público en 2019, lo que implica que pueden ser usadas sin necesidad de pedir licencia ni hacer pagos por cesión de derechos. El público comenzó a notarlo en 2022, cuando Winnie the Pooh fue liberado a 95 años de la publicación de la novela que lo presentó al mundo.
Eso hizo posible “Blood and Honey”, una secuela que se lanzó el mes pasado, una tercera película y planes para un “Poohniverse” de personajes retorcidos ya en el dominio público como Bambi y Pinocho.
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