Alexandro Roque, poesía sin miedo a las alturas
El columnista, narrador, dramaturgo y ahora poeta presenta su primera obra en éste último género y con la cual obtuvo el premio de los Juegos Florales “Ramón López Velarde” de la ciudad de Jerez, Zacatecas
Siempre es un gusto reencontrarse con los amigos y más cuando el motivo es por demás festivo. El Maestro Alexandro Roque visitó su casa: Pulso Diario de San Luis para charlar sobre su más reciente obra “Memorias funambulistas no aptas para acrofóbicos”, un poemario.
Se trata de su primera obra en el género y confiesa que no se esperaba tan buena respuesta. La obra obtuvo el primer lugar en los Juegos Florales “Ramón López Velarde” organizados por la casa del poeta en su ciudad natal, Jerez, Zacatecas.
Agradable sorpresa
—En estos días de tanta prisa, de todo esporádico y volátil daría la impresión de que no hay lugar para la poesía, le plantea Pulso.
—Deberíamos darnos el tiempo. En la escuela, en la sociedad, en el trabajo. Un tiempo de ocio ahora tan mal visto. No hacer nada se ha convertido en un pecado en esta sociedad, pero pues es bueno el disfrutar de la palabra como tal, armar estos juegos, estas imágenes, los sentimientos que despierta la palabra. Debería ser más promovido.
Yo trato de darme el tiempo dentro de todas las preocupaciones y carreras, dentro de este calor que hace. La poesía es un remanso, una posibilidad de crecer como ser humano, aunque bueno, ahora también parece que el ser humano también está mal visto.
—Cuéntanos la historia de Memorias funambulistas
—Pues fue hace un año. El junio se cumple el aniversario de López Velarde y en Jerez, Zacatecas, convocan a los juegos florales. Hay un premio de poesía, uno de narrativa y uno especial para la gente de allá.
Hace un año, me avisaron, como 15 días antes de la ceremonia de premiación, que había ganado. Yo andaba en el súper y brinqué de contento. No me la creía, pensé que estaba en un programa de cámara escondida y pues bueno, ya después a preparar la ida.
Hablé con el director de la “López Velarde”, Octavio César y le dije que había que crecer los lazos. En el discurso que pronuncié hablé de esta ansia por López Velarde, conté que precisamente la casa de San Luis Potosí ya cumplió 29 años y pues del hermanamiento que hay entre estos lugares, la admiración que siempre me ha causado López Velarde y que gracias a su protección he vivido gran parte de
mi vida.
Alexandro Roque recuerda los talleres que ha impartido ahí y también a los que ha asistido, las conferencias y charlas. “Tengo mucho trabajo ahí, la exhibición de libros cuando estaba en Colegio de San Luis. Siempre he estado muy cercano”.
En la Casa del Poeta —dice— le llegaron los primeros premios, cuando empezaba la casa y cuando estaba la poeta Elena González como directora.
“Han sido muchos los acercamientos, me siento muy emocionado que fuera en los Juegos Florales “Ramón López Velarde” donde me otorgaron el primer premio en poesía”.
A tres pistas
Roque cuenta su experiencia en la ciudad de Jerez. “Estuvo hermoso y pude leer algunos fragmentos de este poemario cuya primera semilla es precisamente un poema de López Velarde que se llama El Circo. De ahí viene la idea de jugar con el acto circense, el funambulismo, la cuerda floja, comparándolo con el oficio de escritor”.
Para los amantes de las estadísticas y de los datos matemáticos precisos, el autor dice que la lectura del libro dura lo de un acto circense, “pero esperemos que se quede en la memoria de los espectadores. A veces no se conoce el trabajo para lograr esos dos, tres, cinco minutos que duran los números de un circo”.
“En la pista del circo hay que preparar las luces, la escenografía, el vestuario y eso para no hablar de la trashumancia que tiene que ver con nuestros pasos guachichiles, que también va por ahí la cosa, además del necesitar de alguien más”, agrega.
Para Alexandro Roque escribir es como andar en la cuerda floja. “Como el titulo lo indica tengo miedo a las alturas. Ese miedo de estar frente al público, es como el de andar en la cuerda floja. Es un miedo que tengo que vencer y tratar de aplacar muchos demonios para lograr algo que sea poético, agradable, que los lectores sientan que valió la pena”.
Este libro es sobre eso, “sobre el funambulismo, caminar por la cuerda floja, y sobre los otros actos circenses además de andar de un lado a otro, sobre la magia que hay en las luces, el miedo a subir, la posibilidad de bajar o caerse, que no haya fondos para el retiro, que no haya una red que nos proteja y por ahí va la exploración”.
Todo de un tirón
—En este libro ¿todos los poemas son nuevos?, ¿rescataste obras anteriores?
—Salió todo de un tirón. Primero fue leer un poema de López Velarde sobre el cual hice un cuentito que espero que salga en un libro próximamente, todavía no tengo noticias, pero me lo pidieron hace como un año y medio. Ese poema de López Velarde es muy diferente a cuanto le conocemos, por el tema.
Se me quedó presente y luego leí el libro “El Circo” de Fabiola Amaro hicimos una presentación y ahí me preguntaron que cuál era el número de circo que más me gustaba y les dije que el funambulismo, estar en la cuerda floja.
La misma palabra es extraña, no es muy usada, parten los poemas de ahí y se unieron a la letra de una canción del grupo “Love of Lesbian” que también habla de las alturas y del miedo a caer.
Su formación didáctica y de investigación también le sirvió a Roque en esta experiencia pues narra que se dedicó a recopilar poemas que hablan de este acto circense y la magia de andar de aquí para allá. “Hay muchos epígrafes y pues bueno lo terminé de escribir en tres semanas. Fue una grata sorpresa porque muchos no me conocían como poeta. Es el primer libro y espero que haya más obras y
más sorpresas”.
Un año muy bueno: 2023
Alexandro Roque también ganó el año pasado el Premio 20 de Noviembre en dramaturgia. “La obra con la que gané también la venía cocinando desde hace mucho y ahora sí me dije ‘voy a terminarla’. Es un sainete cotidiano a tres caídas sin límite de tiempo. Y pues básicamente también involucra una cuerda, pero se trata de la tercera cuerda del ring en donde una pareja, con máscaras y con todo lo que implica estar en el ring, sostiene una lucha”.
Se trata de la representación de lo cotidiano. Lo cual puede llegar a muchos extremos, tienes un juego escénico que está planteado para representarse en un ring”.
El autor se confiesa y dice que uno de sus sueños ha sido presentar un libro en un ring “con toda la parafernalia, con un grupo musical, o sea con todo. Es parte de nuestra cultura el ponernos y quitarnos la máscara el hacernos manita de puerco”.
—Oye tengo una duda, ¿cómo son los criterios, los parámetros de un concurso de poesía?, ¿como que todo es muy subjetivo?, ¿no?
—Es como el Melate, una rifa. Depende mucho de los jurados, del concurso, hay ciertas preferencias, temáticas, de acuerdo a lo histórico, lo provinciano, en el buen o mal sentido, también de acuerdo con los tiempos y las modas.
Me han contado que hay concursos donde el jurado conoce a los que ganan, se van premiando unos a otros y se invitan, pero también hay certámenes que han salido muy pulcros. Hay algunos donde hay 200 trabajos y a los jurados les pasa dan 10. Hay de todo.
—¿Existe una especie de receta del triunfo?
—No, no creo. Depende de muchos factores, se dice que el jurado ni lee todo. Lee las primeras páginas y las últimas y hay autores que desde ahí se preparan. Dicen “yo no voy a tocar ciertos temas, por ser un concurso regional. Pero vale la pena preguntarse ¿qué se quiere?, ¿ganar nada más o que te lea la gente? Esa es la cuestión. Llegar a la gente. ¿Cuántas obras hay súper premiadas, pero que la gente ni conoce? Ganar un concurso es maravilloso, pero no es lo único.
—¿Qué le puedes decir a la gente sobre tu libro?
—Van a reflexionar, van a divertirse como en el circo. Ya no hay animales, sobre el escenario, pero hay de otro tipo afuera. Van a disfrutar la lectura y se van a encontrar por ahí referencias, guiños de otros autores que utilicé para conformar estas pistas de circo. Yo me divertí mucho haciéndolo, buscar las figuras y pues bueno el libro quedó muy bonito es de la editorial Tinta del Silencio de la Ciudad de México y espero tener al menos tres presentaciones.
Ya estoy casi concretando en las casas López Velarde, en la Ciudad de México, aquí y en Jerez, Zacatecas. A partir de eso espero que la obra como tal genere más colaboraciones, que no se quede sólo ahí, en el libro.
Si usted tiene interés en adquirir un ejemplar puede ponerse en contacto con el Maestro Alexandro Roque o también se puede comprar en la Librería Ochoa del Centro Histórico. “Espero que La Española se sume y me ayuda con la distribución”, concluye el ahora laureado poeta.
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