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EL ARTE SOSTENIBLE DE ROBERTO BEAR

El artista potosino transforma los desechos cotidianos en esculturas impactantes; presenta “La Vida Continúa”, en la que explora temas que abarcan desde el dolor y la resiliencia hasta la crisis ambiental

Por PULSO

Noviembre 03, 2024 03:00 a.m.

A

Galeria

Estrella Govea

estrellagoveap@gmail.com

El artista potosino Roberto Bear transforma los desechos cotidianos en esculturas impactantes, que no solo hablan de estética, sino que también lanzan mensajes de profunda relevancia social. 

A través de su reciente exposición individual titulada “La Vida Continúa”, Bear explora temas que abarcan desde el dolor y la resiliencia hasta la crisis ambiental, vinculando directamente las problemáticas de la salud y la sobreexplotación de los recursos naturales. 

La muestra, que se presenta en la Sociedad Potosina La Lonja, en el marco del mes de la sensibilización sobre el Cáncer de Mama, reúne cinco piezas esculpidas por Bear a lo largo de los últimos siete años, entre las que destaca una pieza central, también titulada “La Vida Continúa”, que refleja el homenaje del artista a las mujeres que han enfrentado el cáncer de mama. 

No proviene de una formación artística convencional. Cursó una maestría en Economía y Dirección Internacional de la Empresa en la Universidad Autónoma de Madrid, lo cual puede explicar su enfoque consciente sobre la sostenibilidad y el impacto ambiental. Sin embargo, ha trabajado de manera autodidacta, desarrollando su lenguaje visual y perfeccionando sus técnicas escultóricas.

Aunque ha explorado diversas disciplinas como la pintura y la escritura, la escultura ha sido su principal medio de expresión durante la última década.

En 2021, recibió una Mención Honorífica en el Premio Eduardo Guerrero de Escultura del Certamen 20 de Noviembre, en San Luis Potosí, consolidando su nombre en el panorama artístico local.

SALUD Y ECOLOGÍA

La obra de Roberto Bear es una invitación a reflexionar sobre dos grandes temáticas contemporáneas: la salud y la ecología. Bear declara que, al ser consciente de la “producción desmedida de desechos”, decidió crear un arte sostenible que haga uso de materiales reciclados, como envases de plástico y papel. Este enfoque tiene un peso simbólico: los materiales desechados por la sociedad adquieren un nuevo significado bajo las manos de Bear, quien los transforma en esculturas que evocan tanto lo etéreo como lo sólido, recordándonos la urgencia de revalorar lo que consumimos y desechamos.

Este enfoque tiene un trasfondo filosófico importante. En el caso de Bear, sus materiales reciclados se convierten en vehículos de un mensaje que cuestiona el impacto del ser humano en la naturaleza. 

UN TRIBUTO AL DOLOR Y A LA RESILIENCIA

Cada pieza cuenta con una estructura de envases plásticos reciclados, recubiertos con una pasta de papel reciclado que el mismo Bear elabora, creando así un acabado que simula la solidez de materiales tradicionales como el bronce o la piedra. La elección de estos materiales permite que el espectador cuestione los límites de lo efímero y lo duradero, y plantea la pregunta de si realmente es necesario desechar algo que puede ser transformado.

En el contexto de la exposición, “La Vida Continúa” es una pieza con un significado especial. Bear ha dedicado esta escultura a todas aquellas mujeres que han atravesado la difícil experiencia del cáncer de mama, especialmente aquellas que han tenido que someterse a la mastectomía, un procedimiento doloroso y que a menudo deja una marca física y emocional permanente. La escultura es un tributo tanto al dolor como a la resiliencia. La figura presenta un hueco a la altura del corazón, una representación simbólica de la ausencia y el vacío que muchas mujeres sienten tras perder parte de su cuerpo en una lucha por la vida. Este vacío también simboliza la fortaleza de quienes logran encontrar en la adversidad una razón para seguir adelante, enfrentando los desafíos y recuperando la esperanza.

Bear no se limita a mostrar la tragedia; también quiere enfatizar que “la vida sigue”. Su obra pretende recordar al espectador que, aunque el cáncer de mama es una enfermedad devastadora, es posible superar sus efectos, tanto física como emocionalmente. La cabeza cuadrada de la figura representa la negación y la resistencia a aceptar la realidad, sentimientos que muchas personas experimentan cuando enfrentan una enfermedad grave. 

Así, Bear abre una ventana de empatía, haciendo que el público reflexione sobre la importancia de la detección temprana, el apoyo y la empatía hacia quienes enfrentan esta lucha.

“MADRE TIERRA”, UNA OBRA SIGNIFICATIVA

Otra obra significativa de la exposición es “Madre Tierra”, una escultura impactante que plantea una crítica directa a la explotación de los recursos naturales. En esta figura de mujer, Bear da voz a la Tierra como un ser vivo, agotado y silencioso, representado sin cabeza ni brazos. Esta ausencia de extremidades superiores y cabeza no es casualidad: Bear pretende ilustrar que la Tierra carece de voz para expresar su dolor y de medios para protegerse de la constante explotación humana.

La figura de “Madre Tierra”, con caderas anchas y senos prominentes, representa la fertilidad y generosidad de la naturaleza, pero también su vulnerabilidad ante la avaricia y la irresponsabilidad humana.

RESPETO POR EL MEDIO AMBIENTE

Este enfoque no solo crea una imagen poderosa de denuncia, sino que también resalta el mensaje urgente sobre la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Bear se muestra firme en su creencia de que la Tierra, como la figura que representa en su escultura, se encuentra en un estado de desprotección total ante las acciones humanas. A través de “Madre Tierra”, el artista nos invita a cuestionar nuestro rol en la degradación de los ecosistemas, recordándonos que, si no actuamos ahora, podríamos estar perdiendo más de lo que la Tierra puede darnos.

UN DESAFÍO A LOS 

CONCEPTOS TRADICIONALES 

DE LA ESCULTURA

La técnica de Bear es otro elemento que destaca. A través del uso de envases plásticos y papel reciclado, materiales que él convierte en obras de apariencia duradera y robusta, el artista desafía los conceptos tradicionales de la escultura. En lugar de emplear mármol, bronce o cerámica, Bear usa lo que otros desechan, demostrando que el arte puede surgir de lo más cotidiano y que la belleza y el mensaje pueden encontrarse en los materiales menos convencionales. La pasta de papel reciclado que utiliza para recubrir sus estructuras plásticas crea una superficie que, a simple vista, podría confundirse con materiales nobles. Este aspecto visual subraya su compromiso con el reciclaje, y su obra en conjunto logra transmitir una sensación de atemporalidad.

Al trabajar con materiales reciclados, Bear lanza una crítica al consumismo y a la falta de sostenibilidad en las prácticas modernas, invitando al público a revalorar la relación entre consumo, desecho y creación artística.