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Moscú.- La jornada de Makhar Vaziev empieza antes de que éste ponga un pie en su oficina en el afamado Teatro Bolshoi en Moscú.
Mientras pasa junto a las vastas columnas del edificio principal, el director del ballet del Bolshoi hace una pausa para reprender a una bailarina que llega tarde a clase, y entonces uno de sus entrenadores sénior, Piotr Nardelli, lo alcanza.
Ambos discuten detalles de último minuto de su producción de “Gaieté Parisienne” de Maurice Béjart. El espectáculo está en sus últimos ensayos y queda mucho por hacer previo a su estreno.
Vaziev ocupa el máximo cargo creativo del Bolshoi desde marzo del 2016, cuando tomó las riendas de una compañía sacudida por el escándalo y luchas internas que mancillaron el legado de su antecesor, Sergei Filin. Tres años después, Vaziev ha logrado restaurar una sensación de calma y orden. Mientras recorre los pasillos del teatro, saluda a bailarines, coreógrafos y demás personal por sus nombres de pila.
Es claro que la gente aprecia y respeta a Vaziev, quien dirige con rigor, siguiendo de cerca al ballet y su repertorio.
Desde su oficina elegantemente amoblada, Vaziev puede monitorear cada escenario y estudio del Bolshoi oprimiendo los botones de un control remoto. Un gran televisor está enlazado a las cámaras que observan cada espacio: una especie de videovigilancia de maestros del ballet. Cuando está fuera de la oficina, puede revisar las transmisiones con una aplicación especial en su teléfono celular.Es un estilo de gerencia que Vaziev considera vital para mantener los rigurosos estándares del Bolshoi y asegurar buenos resultados.
CONTROL
“No es que quiera controlarlo por su propio bien”, dijo Vaziev a The Associated Press durante una visita exclusiva entre bambalinas al Bolshoi. En vez, dice, tiene que hacerlo en pro de las actuaciones. “Por eso hago esto, por eso doy mi tiempo, mi experiencia y mi fuerza, para conseguir resultados en el escenario”.
EXPERIENCIA
Vaziev, de 58 años, comenzó su carrera dancística en Leningrado (hoy San Petersburgo) en la Academia Vaganova, una de las escuelas más importantes en la historia del ballet. A partir de ahí, bailó un repertorio clásico con el Ballet Kirov en el conocido Teatro Mariinsky en San Petersburgo, del que fue director de 1995 al 2008.
Se fue de Rusia en 2008 para dirigir el ballet de La Scala en Italia, y los siguientes ocho años trabajó para revivir clásicos del ballet. Fue una misión adecuada para su regreso a Rusia al unirse al Bolshoi. Vaziev cree que el ballet ruso debe mantenerse arraigado a lo que mejor sabe hacer: interpretar los clásicos.
Pero insiste que no sólo se trata de bailar los pasos que el coreógrafo francés Marius Petipa creó para el Bolshoi a finales del siglo XIX. Quiere que los bailarines, músicos y coreógrafos modernos les infundan nueva vida a los clásicos.
CLÁSICO
“Tenemos una reputación global enorme para el ballet clásico. No queremos rechazar eso; lo utilizaremos, nos distinguiremos y cultivaremos nuevas generaciones”, dijo Vaziev. “Necesitamos preservar lo que es valioso, pero no somos un museo. Esta es una forma viva de arte. Debemos revivirla mientras la pasamos a nuevas generaciones”.