A-AA+
La escultura de Kiyoto Ota es un gran vínculo entre el arte y la naturaleza, pero también es una oportunidad para conocer la esencia humana. En el Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes, se ha inaugurado la exposición “3 casas extraordinarias y serie de Úteruz” con obra del artista de origen japonés.
En la Sala de Exposiciones Temporales, el público podrá tener una experiencia con las texturas, las formas, la luz y el olor a maderas como cedro, encino y pino; con las cuales están elaboradas las esculturas. La exhibición, sigue demostrando que el museo le apuesta por cambiar sus discursos museográficos.
Kiyoto Ota es un hombre de pocas palabras, él prefiere que el público observe la obra y tenga una experiencia directa con sus piezas. Las obras tienen muchas dimensiones, fueron creadas para aprovechar la luz que entra por sus ranuras, y así crear volúmenes y dimensiones que generen ilusiones ópticas.
El artista, le hace honor a su cultura nipona, al presentar obras de gran complejidad, pero con una gran sencillez. “Nave Úteruz/doble visión” es una representación del útero materno, pero también una analogía con la tierra, y ese es un factor que desea despertar el autor; la conexión con el origen humano.
“Nido” es otra de las obras en la serie “Úteruz”, es una metáfora con el primer hogar pero su estructura esférica también evoca una cueva. “Capullo”, es otra de las obras que destaca por esa belleza simple, y representa a esa delicada membrana de forma ovalada que protege a las larvas, que posteriormente se transformarán en insectos como las mariposas.
Las “3 casas extraordinarias”, son tres obras de gran formato tituladas “La casa vacía”, “La casa de Alicia” y “La casa lluvia” –inspirada en la cultura maya y dedicada al Dios Chaac-. La Casa de Alicia, tiene una escalera que conduce a una pequeña puerta, y recuerda a las aventuras del personaje “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll.
La Casa Vacía, esta inspirada en una casa tradicional japonesa del Siglo XIX, la madera fue teñida con una técnica en donde se emplea un vinagre especial. El vinagre, es preparado previamente en donde se introducen metales que empiezan a oxidarse y, la mezcla del óxido con el vinagre, crea el teñido que ocasiona el efecto de envejecimiento en la madera.
El Dios de la Lluvia, es evocado en la última de las casas, “Casa Lluvia” tiene en su interior un dispositivo que genera la caída de agua dentro de esta escultura. La intención del autor, es que el público asistente pueda ser estimulado mediante el tacto, el oído, y el olfato.
La exposición es una forma de advertir las actividades por el décimo aniversario del museo, que se realizarán durante el mes de septiembre.
En la Sala de Exposiciones Temporales, el público podrá tener una experiencia con las texturas, las formas, la luz y el olor a maderas como cedro, encino y pino; con las cuales están elaboradas las esculturas. La exhibición, sigue demostrando que el museo le apuesta por cambiar sus discursos museográficos.
Kiyoto Ota es un hombre de pocas palabras, él prefiere que el público observe la obra y tenga una experiencia directa con sus piezas. Las obras tienen muchas dimensiones, fueron creadas para aprovechar la luz que entra por sus ranuras, y así crear volúmenes y dimensiones que generen ilusiones ópticas.
El artista, le hace honor a su cultura nipona, al presentar obras de gran complejidad, pero con una gran sencillez. “Nave Úteruz/doble visión” es una representación del útero materno, pero también una analogía con la tierra, y ese es un factor que desea despertar el autor; la conexión con el origen humano.
“Nido” es otra de las obras en la serie “Úteruz”, es una metáfora con el primer hogar pero su estructura esférica también evoca una cueva. “Capullo”, es otra de las obras que destaca por esa belleza simple, y representa a esa delicada membrana de forma ovalada que protege a las larvas, que posteriormente se transformarán en insectos como las mariposas.
Las “3 casas extraordinarias”, son tres obras de gran formato tituladas “La casa vacía”, “La casa de Alicia” y “La casa lluvia” –inspirada en la cultura maya y dedicada al Dios Chaac-. La Casa de Alicia, tiene una escalera que conduce a una pequeña puerta, y recuerda a las aventuras del personaje “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll.
La Casa Vacía, esta inspirada en una casa tradicional japonesa del Siglo XIX, la madera fue teñida con una técnica en donde se emplea un vinagre especial. El vinagre, es preparado previamente en donde se introducen metales que empiezan a oxidarse y, la mezcla del óxido con el vinagre, crea el teñido que ocasiona el efecto de envejecimiento en la madera.
El Dios de la Lluvia, es evocado en la última de las casas, “Casa Lluvia” tiene en su interior un dispositivo que genera la caída de agua dentro de esta escultura. La intención del autor, es que el público asistente pueda ser estimulado mediante el tacto, el oído, y el olfato.
La exposición es una forma de advertir las actividades por el décimo aniversario del museo, que se realizarán durante el mes de septiembre.