Geometría y abstracción en el paisaje árido
Rubén Rivera mantiene su exposición escultórica “Signos del Desierto” en el Museo Federico Silva donde presenta 24 piezas, divididas entre seis cerámicas y 18 esculturas en piedra, las cuales combinan geometría con abstracción y explora la relación entre lo orgánico y las formas inspiradas en la flora y fauna del desierto.
Nacido en Fresnillo, Zacatecas, Rivera ha vivido gran parte de su vida entre la Ciudad de México y Guadalajara, lo que ha influido en su trayectoria artística. Sin embargo, es el entorno semidesértico de su tierra natal lo que ha inspirado profundamente su trabajo, reflejando elementos característicos del paisaje árido en cada una de sus obras.
Una de sus piezas más representativas es “Reflejo”, que alude a la escasez de agua, un tema que preocupa profundamente a Rúben, no solo como creador, sino como ciudadano comprometido con el cuidado del entorno natural.
En esta colección, el escultor trabajó con materiales como resina, madera y acero, pero puso especial énfasis en el mármol, destacando la riqueza de sus colores y texturas. Según el escultor, el mármol permitió elevar esta serie a una de las más significativas de su carrera. La elección del Museo Federico Silva como sede no es casual, ya que lo considera un espacio emblemático por su especialización en escultura y por el reconocimiento a las técnicas meticulosas que él emplea.
Las obras de Rivera resaltan la importancia de contar con espacios culturales que difundan el arte y contribuyan a fortalecer el tejido social a través de actividades culturales, además de esta exhibición el autor tiene la instalación “La invención de Cronos” en el mismo recinto, esta es una gran oportunidad para conocer el trabajo del artista.