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Ciudad de México.- Guillermo Barba invirtió seis años en investigar la vida de María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, la Güera Rodríguez, para su novela “La conspiradora”, en la que cuenta la participación de esa valiente y bella mujer durante el proceso de Independencia de México.
“Tenía dichos y ocurrencias impresionantes, era muy ingeniosa, muy creativa y era muy inteligente, muy capaz y su máxima cualidad o defecto, como lo queramos ver, es que tenía una obsesión por la libertad; ella quería ser libre de ella misma y que su patria fuera libre”, describió el escritor a Notimex.
Todas esas metas las condujeron a arriesgar su vida, sus hijos, su familia y sus bienes en favor de la Independencia y conseguir su propia libertad, por lo que resulta un personaje muy complejo e interesante.
“Está al mismo nivel que Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez, y si nos ponemos a ver quién logró más sin duda diría que la Güera Rodríguez, pues estuvo desde 1808 hasta 1821 y ayudó a la consumación de la Independencia”.
Además, a diferencia de sus compañeras, reflexionó, en ningún momento dejó la causa hasta que la Independencia se consumara.
HISTORIA
Desde la perspectiva de Guillermo Barba existen cuatro razones por las que María Ignacia Rodríguez de Velasco ha sido menospreciada por la historia.
“Por la misoginia normal, ya que a ninguna mujer se le estudia cómo debería ser. Sólo a Leona Vicario y Josefa Ortiz, y, aun así, hay libros maravillosos de Hidalgo y Morelos y no de ellas; la segunda porque fue rica, ya que fue de clase noble, aunque no fue aristócrata a diferencia de sus hijos, y la historia mexicana no acepta que esta esté hecha de ricos”.
Como tercera razón mencionó su imagen de mujer frívola y la última su cercanía con Agustín de Iturbide, ya que participó con él en la consumación de la Independencia, pero al terminar ese capítulo de la historia se le convirtió en el villano de la historia, o el canalla. Incluso estudiar su imperio estaba mal visto.
INVESTIGACIÓN
Barba escribió “La conspiradora” para reconstruir a la Güera Rodríguez y presentarla como realmente había sido, quien al igual que todas las mujeres tenía derecho a una vida privada y hacer lo que quisiera, para lo cual tenía que sustentarse en hechos reales, lo que requirió un gran trabajo y años de estudio.
“Hacer justicia a ese personaje es hacer justicia a todas las mujeres, el que se le haya denigrado porque a lo mejor de repente tuvo amantes o no, porque nadie lo ha demostrado… y rebajarla por ese hecho me parece denigrante para la mujer y para la Güera”, enfatizó.
En “La conspiradora” el autor trata de ponerla como una mujer de carne y hueso, con sus errores, conflictos y contradicciones.