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La Inteligencia artificial en el arte: ¿Aliada o invasora?

Por Estrella Govea

Marzo 15, 2025 03:00 a.m.

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El uso de la inteligencia artificial en el arte ha generado debate dentro de la comunidad artística de San Luis Potosí, donde Katerin Guerrero ha presentado en la Galería Paseo Esmeralda de la Calzada de Guadalupe, una serie de ilustraciones inspiradas en la obra de Fernando Botero que combinan técnicas tradicionales con herramientas digitales

Originaria de la Ciudad de México y con residencia reciente en San Luis Potosí, Guerrero es diseñadora gráfica con formación en ilustración digital. Su proceso creativo parte de la realización manual de bocetos, los cuales luego digitaliza para incorporar detalles visuales mediante inteligencia artificial. La artista asegura que este recurso le permite explorar paletas de colores, volúmenes y formas que enriquecen sus composiciones, aunque subraya que cada elemento parte de su propia idea y creatividad. 

“La inteligencia artificial no crea por sí sola, requiere de una guía humana que le indique qué elementos incluir, cómo deben lucir y cuál es el mensaje que se desea transmitir”, afirmó Guerrero en una entrevista exclusiva para Pulso.

Esta metodología ha generado reacciones diversas en el medio artístico local. Mientras algunos creadores y creadoras cuestionan que las piezas basadas en inteligencia artificial carecen de un componente humano esencial, Guerrero defiende su propuesta argumentando que el recurso tecnológico no reemplaza la creatividad ni el trabajo manual. “Soy capaz de realizar tanto ilustración tradicional como digital, y ambas tienen valor propio”, mencionó. Además, hizo un llamado a que las y los artistas tradicionales exploren las posibilidades digitales como una forma de ampliar sus alcances creativos y llegar a nuevas audiencias.

El caso de Katerin Guerrero pone en evidencia la creciente transformación del arte ante el avance tecnológico. Si bien las herramientas digitales ofrecen posibilidades innovadoras, también plantean interrogantes sobre la autoría y el valor simbólico de las obras. Este debate se mantiene abierto, dejando espacio para la reflexión sobre cómo las nuevas tecnologías pueden integrarse al arte sin perder su esencia creativa.