Metamorfosis

Metamorfosis

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La cualidad natural de impermanencia de todo lo que experimentamos en nuestra vida, es un recordatorio para permitirnos también ser parte consciente de ese cambio. En muchas ocasiones nos resistimos a los cambios porque los vemos desde una mente saturada o ‘mente experta’ que rápidamente hace juicios que nos llevan a sentir miedo y angustia ante el cambio. La resistencia a este proceso da lugar a estrés, ansiedad e incluso culpa cuando nos cambiamos de casa, de trabajo, de ciudad o nuestras relaciones interpersonales evolucionan. 

        Es por ello que abrirnos al cambio tanto al interior como el exterior, requiere de mucha valentía, humildad, conciencia, voluntad y acción. La valentía es sentir en primera instancia el miedo al cambio, y poder integrarlo y trascenderlo al darnos cuenta que son solamente historias que carecen de realidad intrínseca. La humildad es necesaria para reconocer que no estamos llevando una vida saludable y por ello estamos sufriendo. Es darnos permiso de aceptar que nos hemos equivocado en la forma de percibir nuestra vida o que ya no nos sirve la forma de ser que teníamos en las condiciones actuales. La conciencia es necesaria para identificar qué podemos hacer o cómo cambiar el modo de vida. La manera de entender aquí la conciencia es el ‘darse cuenta’ de las consecuencias de mantener un mismo modo de vida y también la posibilidad de transformación y la certeza que al cambiar el cómo vivimos, cambiará el cómo nos sentimos. La voluntad es fundamental para que después de esa toma de conciencia decidamos hacer algo al respecto. La pura conciencia no es garantía de transformación, y de no tener la voluntad para hacer lo necesario entonces se genera mayor frustración y estancamiento. Finalmente, la acción será la consecuencia lógica de aplicar la voluntad para generar cambios en el pensamiento y en nuestras acciones. 

        Es sólo en la interacción de estos cuatro factores que podemos lograr una metamorfosis real. Este proceso implica una muerte del antiguo ‘yo’ para así darle vida a una nueva persona, una nueva ilusión de individual para transitar por esta vida y despertar el Ser real que somos.