PECADO ORIGINAL

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PECADO ORIGINAL

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El verdadero pecado original, 

en suma 

es andar ciego del otro, 

es no cuidar

 que su café este 

suficientemente caliente.

no cuidar el halo, no cuidar 

del peso.  

 ¿y la caricia? 

El pato de hule en los ojos del otro,

Y nosotros nos encontramos 

con él, 

en la espuma, en el bálsamo, 

en la toalla seca.

Somos pañuelos, refugio, 

la mirada de un perro,

somos el ronroneo de un gato, 

luego guardamos en la mesa 

de noche el retrato del otro.