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Cateau-Cambrésis.- Henri Matisse nació hace 150 años en un recóndito pueblo del norte de Francia y estaba destinado a trabajar en una notaría, pero durante la convalecencia de una apendicitis una caja de pinturas cambió el curso de su vida: nacía así el gran maestro.
“Convertirse en Matisse” es la primera retrospectiva dedicada al trabajo que el pintor (1869-1954) realizó antes de convertirse en un icono del siglo XX y se expone en el discreto museo ubicado en su población natal en el norte de Francia, Cateau-Cambrésis.
“Nunca ha habido exposiciones completamente consagradas al inicio de la trayectoria de Matisse”, declaró a la prensa el director del Museo Matisse en Cateau-Cambrésis, Patrice Deparpe, en la inauguración de la muestra.
La exposición conmemora el 150º aniversario de su nacimiento con 250 obras del autor realizadas antes de 1911 durante los primeros 20 años de su trayectoria y 50 de otros grandes autores.
Cedidas por la familia Matisse y coleccionistas privados, diez obras inéditas han desvelado aspectos desconocidos de su trabajo. Piezas más académicas de su etapa de formación y otras del artista en construcción cuentan las idas y venidas de uno de los pintores más influyentes del siglo pasado.
PIEZAS
“Las pruebas de color son unas obras reveladoras, no las más importantes pero sí las que mejor sintetizan su forma de trabajar”, contó a Efe Deparpe, refiriéndose a un minúsculo dibujo repetido al que aplicó diferentes colores en búsqueda de la mejor relación entre línea y color que es clave en sus famosos “papeles recortados”.
Otra de las características que hace excepcional la muestra es el diálogo entre las personales adaptaciones que hizo el genio y las obras originales de Chardin, Ribera, Picasso, Van Gogh, Gauguin o Goya, cuya obra “Las Jóvenes” fue decisiva en el giro estilístico hacia el fauvismo que despegó la carrera del francés.
“La más importante es la obra que viene del museo neoyorquino MoMA,’La Desserte’, porque muestra cómo Matisse se apropió de una obra de 1640 e hizo algo completamente nuevo, una obra cubista” afirmó Deparpe frente a los cuadros de Jan Davidsz y Matisse que, según él, juntos resumen el objetivo de la exposición.
Entre las piezas se encuentran sus primeros cuadros, dos naturalezas muertas con sus libros de Derecho, tres de los únicos cuatro autorretratos que pintó, la emblemática “Lujo, calma y voluptuosidad”, “La Gitana” o “La Proveedora de Matisse” , la adquisición más reciente.
