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Sergio Ramírez, el riesgo de un escritor crítico

Por EFE

Septiembre 14, 2021 12:10 p.m.

Sergio Ramírez / Foto: AP

Sergio Ramírez / Foto: AP

MADRID (EFE).- El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, sobre el que pesa una orden de arresto en su país por su oposición al Gobierno, denunció este martes que Nicaragua se acerca a un régimen de partido único, pero, pese al riesgo que corría, no pudo sustraerse en su última novela a denunciar el ejercicio desmedido del poder.

Ramírez, Premio Cervantes 2017, presentó este martes en Madrid su obra "Tongolele no sabía bailar", que se encuentra secuestrada en su país, una historia sobre Nicaragua y el fin del sueño de la revolución y que, según el autor, fue el detonante de la orden de detención que la Fiscalía nicaragüense dictó contra él.

La pasada semana, el Ministerio Público del país centroamericano lo acusó de "realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia”, y ordenó su detención, aunque se encontraba fuera de Nicaragua.

ELECCIONES DE NOVIEMBRE: UNA GRAN MENTIRA

"Nos acercamos cada vez más a un régimen de partido único, con un simulacro electoral", afirmó Ramírez en declaraciones a Efe, en las que dijo que los próximos comicios del 7 de noviembre son "una gran mentira" y "un simple trámite", con todos los candidatos de la oposición encarcelados.

"No hay un solo partido opositor articulado". "Es una crisis absoluta política la que hay en el país y no va a haber ninguna credibilidad si no se restablece el mínimo de garantías electorales, de garantías ciudadanas, que eso está muy lejos de suceder", denunció.

Nicaragua tiene convocadas para el 7 de noviembre unas elecciones en las que se elegirá al presidente y vicepresidente del país, 90 diputados nacionales y otros 20 ante el Parlacen (Parlamento Centroamericano).

Sin embargo, en los últimos meses las autoridades han detenido a los principales candidatos de la oposición, han invalidado candidaturas e incluso han cancelado partidos políticos, como denunció este lunes la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

 UNA PERSONA INCÓMODA

Sergio Ramírez (1942) se consideró una persona "incómoda" en su país desde antes de la novela "Tongolele no sabía bailar" y dijo que mientras tenga voz la va a seguir utilizando para denunciar lo que ocurre allí, más allá de su condición de escritor, además de recalcar que "el gran ataque" de la dictadura de Nicaragua es contra la libertad de expresión.

No dudó en denunciar "la crisis absoluta política" que hay en Nicaragua y consideró "impredecible" la escalada de persecución política que puede haber aún "porque la voluntad del régimen es reprimir a todo aquel que se oponga a su voluntad dictatorial". El presidente Daniel Ortega "se ha convertido en un tirano", concluyó.

 Antes de los comicios de noviembre fueron detenidas al menos 36 personas entre los opositores políticos al Gobierno de Managua y organizaciones internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la oficina del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos para Centroamérica y República Dominicana pidieron la pasada semana que cesen las detenciones "arbitrarias e ilegales".

El escritor, que tuvo una participación activa en la revolución sandinista contra el dictador Anastasio Somoza, y después fue vicepresidente del Gobierno nicaragüense con Ortega al frente, reconoce que es "una paradoja personal", "que alguien que estuvo en la dirigencia de la revolución en los años 80, se haya convertido en todo lo contrario".

FIN DEL SUEÑO DE LA REVOLUCIÓN

"Tongolele no sabía bailar", es una novela negra en la que el autor refleja las revueltas populares de 2018, que son reprimidas con dureza por el Gobierno y en la que habla del fin del sueño de la revolución.

Su protagonista, el inspector Dolores Morales, entra en los acontecimientos reales de la Managua contemporánea, que "en la actualidad está ardiendo", según contó Ramírez en la presentación del libro en Madrid.

Escribió la novela aprovechando la "calma" que entró en su vida con la pandemia y se dio cuenta enseguida de que estaba tocando "temas explosivos". "No solo sobre la represión sino la concepción del poder desde el punto de vista mágico, esotérico, con símbolos de brujería y magia negra que es propio del ejercicio del poder en Nicaragua hoy en día".

 La novela es la última de una trilogía, después de "El cielo llora por mí" (2008), "Ya nadie llora por mí" (2017).