Sin planes para las presas ¿Más delitos?
El cambio climático promete otro año completo de sequía. Variaciones en la temperatura y muy pocas nubes, traen a San Luis un panorama complicado, en el que nada promete que llegue agua suficiente a las presas. De suceder así, es previsible que continúe la medida de emergencia de extraer agua subterránea para evitar una crisis social, sanitaria y hasta de seguridad pública. Es hasta que llega la crisis, cuando los gobiernos quisieran haber resuelto hace décadas los problemas principales del agua.
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Desde 2008 se encontraban, en plan emergente, los diseños y planos de ingeniería para las presas Suspiro Picacho, Las Escobas y El Palmarito, que se desenvolverían en cuencas alimentadoras del vaso principal de la Presa San José. La ciudad necesita un mínimo de 50 millones de metros cúbicos de capacidad de almacenamiento en cantidades que se vayan alimentando de lluvias para resolver cuando menos la necesidad de agua de la mitad de la zona metropolitana. Sin embargo, no hay planes serios para llevar dinero a la elaboración de proyectos y construcción
de infraestructura.
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La pérdida de eficiencia del acuífero subterráneo, es una señal abierta de alarma de que el líquido no se renueva con rapidez y los estudios arrojan poca esperanza de recuperación a corto plazo. El agua dulce del subsuelo va arrojando problemas de disponibilidad porque ya es necesario excavar hasta casi un kilómetro para encontrarla disponible. Los acuíferos más cercanos a la superficie ya se encuentran muy contaminados o se les acabó el agua. El comentario surge a propósito de que el martes y miércoles aparecieron las primeras lluvias en la capital, pero apenas duraron cinco minutos, tiempo insuficiente para revertir los efectos de la sequía de casi 18 meses.
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El primer indicio de que los potosinos comienzan a animarse a denunciar, es el aumento de casos que van a dar los agentes del Ministerios Público. Por diversas conductas delictivas ya hay más interesados que se pronuncian porque se diriman sus problemas ante una autoridad. Sin embargo, ese no necesariamente puede ser sinónimo de confianza en las autoridades. Puede ser una muestra de la desesperación por el alto índice de impunidad o tal vez de la puesta a prueba de la funcionalidad de las instituciones. El caso es que la incidencia delictiva no genera un alza o baja de denuncias. En cambio, las denuncias sí permiten suponer que la incidencia delictiva ha subido, aunque es difícil hallar datos certeros porque no todas las víctimas denuncian.
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Uno de los sectores más olvidados en la burocracia es el de los trabajadores de más bajo nivel salarial. La alcaldía de la capital emprendió desde hace dos años un plan para nivelar salarios de aquellos que perciben los sueldos más bajos. Sin embargo, es de esperar que las nivelaciones salariales tengan su origen en una adecuada planeación financiera. También se espera que esos aumentos no sean la punta de lanza para que los miembros del Cabildo o funcionarios de primer nivel también pidan incrementos, sobre todo cuando se entiende que todo el gasto público debe estar diseñado para entregar apoyos sociales a fondo perdido, como ya lo han venido haciendo otras administracio-
nes municipales.
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¡HASTA MAÑANA!
