Todos culpables Estafados por la escuela

Hace más de siete años que esta casa editorial ha tratado el tema de un antro ubicado en la calle Pedro Moreno que ni nombre tenía, su operación era pública y todo mundo sabía que existía, al que incluso se le mencionaba en este mismo espacio como “conocido antro clandestino”, pero a pesar de la venta indiscriminada de alcohol, los escándalos en la vía pública y el impacto vial, a lo largo de los años ninguna autoridad se apersonó para arreglar la situación, otros sitios operan con un servicio en el que únicamente suministran alcohol, y para muestra, el negocio de la tragedia de este sábado. Cuenta la leyenda urbana que el negocio de Pedro Moreno y el ubicado en la Torre Altus, son de un mismo dueño.

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Cualquier persona con sentido común, y con mayor razón los ingenieros y arquitectos, saben que un muro de vidrio en planta alta no es recomendable ni siquiera para una vivienda, y mucho menos si la graduación es muy delgada y la estructura de contención es aluminio, hasta un albañil le piensa tres veces para colocar las contenciones de vidrio en las escaleras de las casas, si no está bien planeada la estructura, que por lo general recomiendan elaborar con base en acero, todos los detalles deben formar parte de una serie de especificaciones que debe informar a la autoridad el responsable de una obra. 

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Sin embargo, un edificio que suele utilizarse para renta de oficinas, el funcionamiento de despachos diversos y algunos locales para servicios, cuya existencia es pública, muy conocida y hasta se ubica en una vialidad primaria, es imposible que permanezca desapercibido, las convocatorias para el consumo de alcohol son públicas en redes sociales y eso debían conocerlo dependencias de gobierno del estado y de la alcaldía de la capital, culparse unos a otros de la responsabilidad es una salida fácil, mediocre e irresponsable, en ambos lados hay funcionarios que debieron prever la tragedia.

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El funcionamiento para personas que infringen la ley es fácil y un ciudadano que no es influyente a veces debe tolerar la intransigencia de trabajadores enquistados en el gobierno estatal y en la alcaldía, que exigen una y otra vez los mismos requisitos al dueño de un negocio, quizá con la esperanza de cansarlo y orillarlo a soltar dinero, para los negocios grandes o de quienes mueven grandes cantidades de dinero, la cosa es fácil. 

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Prueba de ello es la operación libre de un antro en medio de un edificio que no reúne ningún requisito para recibir gente en cantidades masivas, causar problemas viales, anunciarse como quiera y vender alcohol de todos los grados de manera indiscriminada, no hay para dónde escapar, es más, ¿Dónde está la Policía de Investigación que desde el primer minuto del accidente ya debía tener detenido al dueño del edificio y al propietario del negocio? Nadie hizo nada.

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Y hablando de lo poco que se hace, ¿Cómo es posible que con tantos años de operación hay instituciones educativas que no cuentan con Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE) y así siguen trabajando? Hay instituciones educativas patito que hasta se anuncian en medios de comunicación y por décadas las autoridades educativas parecen no enterarse, el actual secretario de Educación asegura que hay cinco casos, quizá se quedó corto, porque abundan las escuelitas improvisadas que de la nada nacieron y se reprodujeron y pasan los años estafando generaciones de estudiantes. 

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¡¡HASTA MAÑANA!!