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Ciudad Valles.- Con profundo pesar cientos de vallenses dieron el último adiós al muralista Héctor Armando Domínguez Rodríguez así como a su padre Aureliano Domínguez y a su hermano Julio Emmanuel, en una misa de réquiem celebrada ayer por la mañana en la Iglesia del Sagrario Catedral.
Amigos, familiares, campesinos, empresarios, jóvenes, niños, todos admiradores de su arte, pero sobre todo de su esencia de dar amor acudieron para darle el último adiós al artista plástico.
Al término de la misa que fue oficiada por el obispo de Ciudad Valles, Monseñor Roberto Octavio Balmori Cinta, el artista, su padre y hermano, fueron despedidos con aplausos.
Afuera, quienes fueron sus compañeros de Fénix Art, hicieron lo que el muralista les enseño: pintar de colores una gran manta con manos que uno a uno fue colocando, en demanda de paz y justicia y como un recordatorio del lema del grupo de artistas: más amor y color.
Con los tres cuerpos presentes afuera de la iglesia, amigos y conocidos pedían justicia ante el presidente municipal Adrián Esper Cárdenas quien llegó a dar su condolencia.
Los familiares de los fallecidos, afectados por el dolor, guardaban silencio.