La marca de la casa
Fueron presencias omnipresentes en la Arena Potosí, tanto en el ruedo en el que recientemente los charros desarrollaron sus suertes, como en sus pasillos. Aparecieron en la carta de bebidas disponibles en el concierto los Tigres del Norte celebrado ahí. Eran parte del paisaje en los espectáculos de la Fenapo. Y aún permanecen pintados en las bardas que rodean al estadio 20 de Noviembre, un año después de que aparecieron, en la primera versión de la competición charra.
Juntos, incluso, al símbolo que identifica al gobierno de Ricardo Gallardo Cardona. Se trata de los logotipos, con el inconfundible loro, del Ron Huasteco y Tequila Potosí.
La cercanía física de los logotipos podría no ser un accidente. Y es que las marcas promovidas activamente por el gobierno del estado y aún por el mandatario personalmente, además de la fórmula de la bebida, son, de manera oficial, activos de la empresa Agroindustrias Ricon SA de CV, propiedad por partes iguales de María del Pilar Cardona Reyna y Kimberly Gallardo Cardona, madre y hermana, respectivamente, del gobernador.
Como titular del órgano de vigilancia de esa empresa aparece la senadora Ruth González Silva, esposa de Ricardo Gallardo.
La historia de cómo una marca emblemática para el estado, desde su creación en 1938 en Ciudad Valles, pasó a ser propiedad de la familia del gobernador, está plasmada en los registros del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, la institución oficial que administra y protege, entre otras cosas, los derechos de los propietarios de la imagen gráfica de millones de empresas y productos.
Esos documentos también muestran el sutil mecanismo por el que no se puede decir que Agroindustrias Ricon reciba directamente pagos o beneficios del gobierno estatal.
A través de la herramienta MARCía, un buscador de marcas comerciales, se detectaron al menos ocho trámites vinculadas a las marcas Potosí y Ron Huasteco relacionadas con esta bebida.
Dichos trámites abarcan 85 años, entre la fundación de la empresa licorera que produce la bebida y el momento en el que Agroindustrias Ricon se hace de la marca. También involucran a ocho empresas distintas que en algún momento se vincularon a la marca.
La bebida del loro, de acuerdo a un artículo publicado en The Point, un medio dedicado a la mercadotecnia, fue creada en 1938 por la empresa Ron Potosí, fundada por los exiliados españoles Santiago Dañobeitia y Miguel Dorcas Berro.
La empresa fue vendida poco después a otro grupo de españoles, quienes, de acuerdo al acta 4 del tomo 1 del entonces Registro Público de la Propiedad y el Comercio del estado (RPPC), crearon la compañía Destilería Huasteca SA de CV, representada por Joaquín Bruguete.
La destilería vivió una época dorada entre los 50 y 60 del siglo XX, al obtener fama nacional y mundial. Sobrevivió incluso a la destrucción de sus instalaciones originales en los 50, por una crecida del río Tampaón.
Reconstruida la fábrica, la empresa siguió trabajando, pero en los 70 empezó un declive, salpicado de un pesado endeudamiento, que casi la hizo desaparecer,
A mitad de los 90 del siglo pasado, entra en escena una familia queretana, los Ysita, que empiezan a trabajar ahí, hasta tomar el control de la empresa, incluyendo sus marcas. En marzo de 1994, se cambia el consejo de administración para colocar a varios miembros del clan, entre ellos, Manuel Ysita del Hoyo, que fue apoderado legal.
Esta parte de la historia corresponde sólo a los aspectos comercial y registral de la empresa que produce la bebida, consultables en el RPPC.
En un canal paralelo se desarrolla la historia del registro de la marca como propiedad intelectual, y que suele separarse de los activos empresariales para manejarse de manera independiente.
Es por eso que, de acuerdo a los registros del IMPI, en 2006, Ysita del Hoyo cede los derechos de la marca Ron Huasteco y el logo del perico a la compañía Productos Comestibles y Derivados SA de CV (PCD), lo que le permitía comercializar un ron que no se producía en San Luis Potosí, aunque se añejaba en Valles.
La propiedad de la marca fue y vino entre empresas de Aguascalientes y Querétaro.
En unos casos, se licencia la marca y en otros se vende, aunque por un precio simbólico, de un peso, como ocurrió en agosto de 2006, cuando Ysita del Hoyo traspasa la marca por esa suma a PCD. Seis años después, en enero de 2012, la compañía cede la marca a otro Ysita, Manuel Ysita Fierro, hijo de Ysita del Hoyo. La operación se concreta también por un peso.
Estos movimientos parecen ser medidas de protección de la marca derivado a que el clan propietario se dividió entre acusaciones de despojo de mala fe de algunos activos y propiedades, entre ellos, la marca, que cayeron en litigios.
Antes del cisma, la empresa regresa a Valles ese 2012, para explorar la posibilidad de revivir la marca potosina. En agosto de 2016, el entonces gobernador Juan Manuel Carreras y Manuel Ysita anunciaron la reapertura de las instalaciones en Valles. Sin embargo, el renacimiento en Valles nunca se concretó.
En el IMPI, la marca no deja de moverse. En febrero de 2016, Ysita Fierro solicita el registro sobre el logotipo que está vigente hoy: el loro huasteco estilizado sobre la palabra Potosí, que aparece en algunas botellas de las clases blanco y añejo. Y en junio del año siguiente, renueva por diez años los derechos por la marca escrita "Huasteco Potosí". El combo completo.
Las cosas parecen caer en un largo impasse, que se rompe en junio de 2021, cuando el dueño de las marcas negocia su licenciamiento con la empresa hidrocálida San Marcos Liquor & Spirits S.A. de C.V.
No hay intercambio monetario, pues la cesión es gratuita.
El 25 de febrero de 2022, se autoriza la cesión, pero meses después, se rompe ese acuerdo ante la irrupción de Agroindustrias Ricon SA de CV, la empresa gallardista.
El 24 de junio de 2023 el IMPI recibe una solicitud de inscripción de transmisión de derechos de la marca, presentada por Kimberly Gallardo, apoderada legal de la empresa potosina, que queda asentada con la clave M170989. El cedente sería Ysita Fierro.
A diferencia de los otros acuerdos, esta operación sería diferente, monetariamente hablando, pues pasó de una a seis cifras.
La solicitud va a acompañada por un contrato firmado el 5 de julio de 2022, poco menos de un año antes de iniciado el trámite, entre Agroindustrias Ricon y los dos Ysita, padre e hijo.
En el documento, Ysita del Hoyo garantiza la venta a la empresa gallardista "la fórmula, diseño y logo" de las marcas productoras de ron "Huasteco Potosí" y "Potosí". Su hijo Manuel, propietario de los derechos, es el que vende los activos.
Así, Agroindustrias Ricón detenta a partir de entonces "los derechos, sin restricción alguna para el uso de la marca Ron del Potosí".
La operación ya no fue de un peso. La marca que unos años atrás prácticamente no valía nada, pasó a negociarse en ocho millones de pesos para quedar en manos de una empresa de la familia del gobernador.
Como anexo al contrato está la escritura 17979 que contiene el acta constitutiva de Agroindustrias Ricon, en el que se establece la propiedad de la misma para la madre y la hermana del mandatario.
El 24 de julio de 2023, el IMPI da por registradas las marcas a nombre de su dueño soledense.
Pero el idilio entre el gobierno gallardista (de Ricardo) y la marca gallardista (de Kimberly) empezó meses antes.
El 23 de abril de 2023, el gobierno estatal emitió un comunicado oficial en el que daba cuenta de que "Ron Potosí regresa a su producción en San Luis Potosí", atribuyendo el retorno a la "gobernabilidad y expectativas creadas por el gobierno del cambio".
El boletín introducía a un nuevo personaje: Alfredo Esper Canavati, presentado como "dueño de la marca". Más adelante se hará referencia a su papel en la historia.
Ahí inició la cercana relación con la marca. El propio Gallardo Cardona la ha elogiado y promocionado abiertamente en redes sociales. Se publicitó abiertamente en la Fenapo y ha sido patrocinador de los 2 campeonatos charros celebrados en la Arena Potosí, donde su presencia era resaltada con mantas y stands.
¿Se puede decir que el gobierno de Gallardobeneficia directamente a la empresa de la familia del mandatario? Aunque la sombra de duda sea grande, la respuesta es no.
Si ha habido algún negocio de la administración estatal vinculado al ron, no ha sido con Agroindustrias Ricon.
Y es que ésta empresa es dueña de los derechos de la marca, pero legalmente, la propietaria es Ron Potosí de México S. de R.L. de C.V., que fue constituida el 15 de enero de 2016, y sus accionistas originales eran Manuel Ysita Fierro, con 26 de las 50 acciones originales, y Luis Raúl Martínez Rodríguez, con 24. Ysita padre era el apoderado y más tarde accionista. Eran los tiempos en los que se buscaba revivir la marca en tiempos de Carreras López.
El 29 de julio de 2022, las cosas cambian radicalmente, pues el Registro Público de Comercio recibe un acta de asamblea en la que Ysita Fierro y Martínez Rodríguez desaparecen como socios, Ysista del Hoyo queda con 10 acciones y aparece Nataly Almanza Cisneros como socia mayoritaria con 40 títulos. Además, es apoderada legal de la empresa.
Como antecedentes de la nueva mandamás de la empresa productora de ron sólo aparecen dos contratos de prestación de servicios firmados en abril y mayo de 2018 con el ayuntamiento de Ricardo Gallardo Juárez, padre del gobernador. Sin que se especifique claramente que servicios prestaba, Almanza Cisneros ganaba seis mil 526 pesos por cada mes que laboró.
Cuatro años después, sería la socia mayoritaria de una empresa asociada a otra de la familia del gobernador.
Apenas en agosto de este año, la presencia de la familia Ysita en la empresa queda borrada, al vender Ysita del Hoyo sus diez acciones.
Así, el capital social de Nancy Almanza sube a 47.5 de las 50 acciones, mientras que el 2.5 restante pasa a manos de Esper Canavati, el que había sido presentado como "dueño de la marca" dos años atrás.
Los negocios que haya hecho el gobierno de Gallardo fueron con esta empresa y estos socios, vinculados, sí, pero no son su familia.
El caso de Tequila Potosí es semejante: Agroindustrias Ricón tiene los derechos sobre el logo y Ron Potosí de México lo comercializa.
Si las empresas productoras de las bebidas pagan o pagaron algo a Ricon, y seguramente lo hacen, cae en el ámbito de los contratos entre particulares, que no están sujetos a las leyes de transparencia.
Pero si le va bien al que vende las bebidas, seguramente debe irle bien a la empresa dueña de la imagen. Sobre todo por el alto grado de exposición que le brinda el gobierno de Ricardo Gallaro.
Y esa situación, aunque el negocio parezca blindado, proyecta sobre él las sospechas de la simulación y el conflicto de intereses. ¡Salud!