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VERACRUZ.- Decir que Veracruz es una causa perdida es un lugar común, porque no importa si paga para quedarse en Primera, si trae a un técnico experimentado, si trae a jugadores probados... haga lo que haga, parece estar condenado al fracaso y muchas veces, como esta noche, por sus propios errores, al caer 1-2 como local ante Atlas en el Puerto.
Ya son 30 partidos para los jarochos sin poder ganar en la Liga MX, número escandaloso y vergonzoso para cualquier equipo de mundo, incluso si es del llano o si es de cualquier liga amateur que se juegue los domingos.
Pero Veracruz está atorado en sus propios errores, en los mismos fantasmas de siempre y ni siquiera cuando se pone arriba en el marcador, como lo fue en este partido con un gol del Polaco Menéndez a los diez minutos de iniciado el partido, el escualo sabe qué hacer con la ventaja; ir ganando para Veracruz es tan extraño, tan bizarro.
También porque a los jarochos les pasan cosas que rayan en lo absurdo, en lo ridículo, en lo tragicómico, como le pasó al inglés Colin Kazim que tuvo en sus botines el 2-0 antes de terminar el primer tiempo gracias a un penal, pero el europeo no solo falló la pena máxima, ¡sino hasta terminó lesionado!
Y mientras el tiburón rojo es un animal que solo sabe morderse su propia cola, la astucia del Atlas, la paciencia del Zorro no solo le dio para emparejar el juego, sino también para llevarse tres puntos que lo mantienen en la parte alta de la tabla, al sumar tres victorias en cuatro partidos.
Marcelo Correa aprovechó que Enrique Meza mandó a un demasiado verde Luis Galicia y en una jugada con espacio abierto, el atacante rojinegro le quitó la pelota tan fácil, que la definición frente a Sebastián Jurado fue de mero trámite.
