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Algunos jóvenes italianos se congregan ignorando las normas de distanciamiento social y sin mascarillas, lo que pone en peligro los trabajados avances del país para controlar el brote de coronavirus, según denunciaron el jueves las autoridades italiana
El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, anunció que había pedido a la policía local que aumentara su patrullaje en los lugares de reunión por la noche, que fuera más severa a la hora de multar y que cerrase cualquier bar o restaurante que incumpliera las normas de forma clara.
"Comprendo a los jóvenes -y no son sólo jóvenes- que necesitan socializar. Pero el riesgo es muy alto", dijo en un mensaje de Facebook, señalando que Milán tenía el mismo problema que muchas otras ciudades italianas.
Los casos del virus en Milán, capital de la afectada Lombardía, seguían subiendo mientras Italia iba relajando sus cuarentenas. Desde el domingo se reportaron 137 casos nuevos en la ciudad de 1,4 millones de habitantes.
El primer ministro del país, Giuseppe Conte, mencionó la cuestión en un discurso ante la cámara baja del parlamento, señalando que si bien es "del todo comprensible" que los jóvenes estuvieran emocionados por salir de nuevo, ahora más que nunca es importante llevar mascarilla en público y mantener el distanciamiento social.
