Fallo de la Corte Suprema de EEUU sobre Inmigración Conyugal
Análisis del caso ante la Corte Suprema relacionado con tatuajes y asociaciones en inmigración.
WASHINGTON (AP) — La Corte Suprema de Estados Unidos emitió el viernes un fallo contra una mujer de California que alegaba que sus derechos fueron violados luego de que funcionarios federales se negaran a permitir la entrada de su esposo en el país, en parte, por la forma en que se interpretaron sus tatuajes.
El fallo, con 6 votos a favor y 3 en contra, determinó que los ciudadanos no tienen necesariamente derecho a participar en las decisiones del gobierno federal sobre si los cónyuges inmigrantes pueden vivir legalmente en Estados Unidos.
"Aunque el Congreso ha facilitado la inmigración de los cónyuges, nunca ha hecho de la inmigración conyugal una cuestión de derecho", dijo la jueza Amy Coney Barrett, leyendo desde el estrado la opinión mayoritaria de los magistrados conservadores.
Aunque un ciudadano "ciertamente tiene un derecho fundamental al matrimonio", dijo Barrett, "es una falacia saltar de esa premisa a la conclusión de que los ciudadanos de Estados Unidos tienen un derecho fundamental que puede limitar la forma en que el Congreso ejerce el poder soberano de la nación para admitir o excluir a los extranjeros".
En un disenso al que se sumaron sus colegas liberales, la juez Sonia Sotomayor dijo que negar a los ciudadanos el derecho a buscar razones específicas sobre por qué se deniega la entrada a sus cónyuges, "infravalora gravemente el derecho al matrimonio en el contexto de la inmigración".
La mayoría falló en contra de la abogada de derechos civiles de Los Ángeles Sandra Muñoz, que pudo vivir por última vez con su marido salvadoreño hace casi 10 años.
La pareja inició los trámites para obtener un visado de inmigrante tras casarse en 2010. Luis Asencio Cordero, que había estado viviendo en Estados Unidos sin estatus legal, tuvo que viajar al consulado en San Salvador para completar el proceso.
Pero una vez allí, el funcionario consular rechazó su solicitud y argumentó una ley que deniega la entrada a personas que pudieran participar en actividades ilegales.
El Departamento de Estado no quiso dar una razón más específica, pero tras presentar una demanda se enteraron que la denegación se basaba, en parte, en la determinación del funcionario consular de que sus tatuajes probablemente significaban que estaba asociado con la pandilla MS-13.
Asencio Cordero ha negado cualquier asociación con alguna pandilla y no tiene antecedentes penales. Los tatuajes, que incluyen a la Virgen de Guadalupe, máscaras teatrales y un perfil del psicólogo Sigmund Freud, expresan en cambio sus intereses intelectuales y su fe católica, según afirman sus abogados en documentos judiciales.
El Tribunal Federal de Apelaciones del 9no Circuito dio la razón a Muñoz y ordenó al Departamento de Estado que comunicara los motivos y reconsiderara la solicitud de visado.
La sentencia fue anulada por la Corte Suprema tras la apelación del Departamento de Estado.
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