Recomendaciones de la CIDH para El Salvador
Necesidad de combatir la impunidad en crímenes de guerra en El Salvador
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estima urgente que El Salvador "fortaleza y profundice" esfuerzos en la lucha contra la impunidad en los crímenes de guerra cometidos en el conflicto armado interno (1980-1992), a la vez que señala que la justicia y la reparación de las víctimas son "pilares complementarios de la justicia transicional".
En su informe anual, publicado este jueves, el organismo considera fundamental garantizar el derecho a la verdad, a la justicia y a una reparación integral a las víctimas del conflicto, que duró 12 años, dejó unas 75.000 personas muertas, unos 8.000 desaparecidos y cientos de masacres.
Señala que "las medidas urgentes deben garantizar el acceso público, técnico y sistematizado a los archivos en poder del Estado que contengan información útil y relevante para la investigación en causas seguidas por violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil".
Además, llama al Estado salvadoreño a asegurar que los distintos órganos del sistema de justicia encargados de la investigación, juzgamiento y sanción de los involucrados en las graves violaciones de derechos humanos o crímenes internacionales cuenten con los recursos humanos y materiales necesarios para desempeñar sus tareas de manera adecuada, independiente e imparcial.
La CIDH también expresa su preocupación "extrema" porque las víctimas afectadas por crímenes "tan atroces" y la sociedad salvadoreña estén "esperando por tantas décadas sin avances significativos que permitan esclarecer los hechos ocurridos, punir a los responsables y reparar los daños ocasionados".
Por ejemplo, destaca el emblemático magnicidio de monseñor Oscar Arnulfo Romero en marzo de 1980, "caso que conmocionó a la comunidad internacional y que fuera ampliamente repudiado y condenado, que lleva más de 41 años sin avances".
Subraya que una política de reparación "debe tener en cuenta una noción comprensiva de reparación integral, es decir, debe incluir a las diferentes modalidades de medidas reparatorias dirigidas a atender apropiadamente las distintas dimensiones de los daños sufridos por todas las víctimas".
Señala, como aspectos relevantes a la estructuración de un programa de reparación, que el Estado adopte marcos jurídicos e institucionales sólidos que aseguren su seguridad jurídica, sostenibilidad, así como la independencia e imparcialidad necesarias para cumplir con su mandato.
"La Comisión también resalta la importancia de que se identifique y atienda al impacto diferenciado y/o agravado que las víctimas sufren sobre sus derechos a partir de factores específicos de vulnerabilidad o discriminación estructural o histórica, así como la intersección de estos factores", apunta.
Agrega que la reparación, la verdad, la justicia y las garantías de no repetición son pilares complementarios de la justicia transicional, y la implementación de uno de estos elementos no suple la implementación de los demás. EFE
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